Becher en Zarautz
La remodelación del Photomuseum de Zarautz, coincide con una una muestra sobre la obra fotográfica del matrimonio Becher y los seguidores de su escuela y criterios. Un relanzamiento muy potente que, el único museo dedicado a la fotografía en España, debe mantener, cuando no superar, en programaciones venideras. Pero volviendo a la exposición, se titula Distancia y cercanía, una presentación un tanto contradictoria pero que sintetiza la sobriedad de los motivos que representan y el calor de objetos y situaciones muy próximas. Detalles capaces de pasar desapercibidos por el despiste que genera nuestro trajín cotidiano.
Para mejor entender los criterios impulsados por esta corriente fotográfica crecida en la Academia de Dusseldorf se muestran composiciones de Hilla y Bernard Becher, pero también de algunos alumnos suyos. Lógicamente los más notables. Andrea Gursky, Thomas Struth, Petra Wunderlich, Candida Hófer, Axel Hütte, Simone Nieweg, Jörg Sasse y por supuesto Thomas Ruff. Un grupo que, dentro de lo que cabe, mantiene una regularidad estilística. Puntos en común donde se constatan trabajos iluminados de manera uniforme, sin sombras, sin contrastes bruscos de luz. Grandes profundidad de campo para resaltar la nitidez del sujeto. Poses sobrias, sin gestos particulares ni dramáticos, habitualmente vistos desde una perspectiva frontal. Principios estimulados en los cursos de los Becher, donde también se incluye una implicación con la realidad social sin postular un compromiso concreto o reflexiones sobre la verdad de la imagen.
El entramado de estas propuestas consigue fotografías del entorno inmediato a los artistas donde se evitan las manipulaciones. Se atreven a presentar la realidad, la vitalidad, social a través de una arquitectura sin autor conocido; desde los más variados espacios urbanos; a partir del decorado interior de viviendas; con individuos o grupos familiares o incluso con plantas resueltos con las técnicas indicadas.
Así en la exposición la comparación de unos motivos con otros resulta divertida, didáctica y amena. Los clásicos edificios y construcciones industriales en blanco y negro realizados por los maestros son el prólogo del color empleado por los alumnos en las tomas realizadas en grandes salones vacíos, decorados de forma muy austera; detalles urbanos donde la grandiosidad de los espacios reduce la presencia humana a una insignificancia o los sencillos frutos de un huerto. La sonrisa llega con los estrafalarios elementos decorativos de algunos hogares o los retratos de grupos humanos mirando sin temor, con cierto aire estoico, al objetivo de la cámara. Todo encadenado, distribuido, en una sala donde consigue un fuerte impacto visual.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.