El último líder postsoviético

Entre los líderes de los tres países más grandes surgidos de la URSS (Rusia, Kazajistán y Ucrania), hay uno sólo que ha mantenido la continuidad. Se trata del astuto y enérgico Nursultán Nazarbáyev, de 65 años, que manda en Kazajistán desde antes de la desintegración del imperio en 1991. Nacido en una familia campesina y formado como metalúrgico, Nazarbáyev fue elegido jefe del Partido Comunista de la República Socialista Soviética de Kazajistán en 1989. A principios de diciembre de 1991, con distintas excusas, evitó sumarse a sus colegas eslavos que "enterraron" la URSS. Kazajistán fue el último país en declarar su independencia, el 16 de diciembre, y Nazarbáyev fue el anfitrión de la reunión de Almatí en la que surgió la Comunidad de Estados Independientes.

Como su colega ruso, el impulsivo Borís Yeltsin, Nazarbáyev instauró un sistema presidencialista y destruyó el parlamentarismo, pero lo hizo en varias etapas y calculando sus pasos. En las dos ocasiones anteriores en las que ha acudido a las urnas, lo ha hecho con todas las garantías. En 1991, fue elegido primer presidente de Kazajistán con el 98,78% de los votos. En 1999, fue elegido por 79,78% de los votos, con ayuda de los medios de comunicación controlados por una de sus hijas.

El deterioro político y económico en los países vecinos de Asia Central ha dado a Nazarbáyev cartas suplementarias para afirmar su liderazgo, plagado de escándalos de corrupción. En los tribunales norteamericanos está aún pendiente el llamado Kazajgate, por el pago de 67 millones de euros en sobornos a dos altos funcionarios kazajos (uno de los cuales sería Nazarbáyev) para asegurar contratos petroleros. El presidente lo niega, pero el próspero negocio del crudo en Kazajistán está lejos de ser transparente.

El culto a la personalidad del líder no llega a los extremos de Turkmenistán, pero existe. En el Museo Presidencial de Almatí se le atribuye como antepasado a un noble del siglo XVIII que luchó contra los mongoles. El museo se alberga en la primera residencia oficial de Nazarbáyev, en Astaná,que el presidente ha cambiado por una nueva y lujosa residencia de 32.000 metros cuadrados. En el viejo despacho, hay un mapa de Kazajistán con 21 botones. Pulsándolos se encienden luces en los lugares donde hay riquezas: verdes para el petróleo; rojas, para el gas...