'Alamut'
Cuando el esloveno Vladimir Bartol (Stivan, cerca de Trieste, 1903) escribió Alamut pensaba en Hitler, Mussolini y Stalin al hacer su retrato del letal Viejo de la Montaña, Hassan Ibn Sabbah, el líder ismaelita que enviaba a sus fanáticos discípulos -asesinos suicidas- a sembrar el terror a cambio del (falso) paraíso. Hoy es imposible no pensar en Osama Bin Laden.
El 11 de septiembre relanzó hasta tal punto esta novela escrita en 1938 que se convirtió en poco menos que un best seller mundial. Y es que las coincidencias son grandes entre la masiva e inexpugnable fortaleza de Alamut y la difusa pero no menos mortífera que Bin Laden ha edificado para él y sus adeptos (Al Qaeda). De Al Qaeda como de Alamut entonces (1092), parten golpes audaces y brutales contra cristianos y musulmanes desafectos a una idea concreta de Islam y a los intereses del inaprensible líder.
Las operaciones las llevan a cabo también individuos fanatizados hasta el extremo del autosacrificio. Como antaño ante el Viejo de la Montaña, el mundo entero tiembla hoy ante el nuevo señor de los Asesinos y sus acciones.
La novela de Bartol arranca con la llegada a Alamut, "allí donde el Elburz roza el cielo", de una joven, Halima, a la que se adiestrará para formar parte del harén de supuestas huríes con que se recompensa a los fedayin -los que habrán de imponer el terror del puñal bajo el que caerá el mismísimo sultán- tras hacerles creer que visitan el paraíso (previa intoxicación con cáñamo indio, hachís). A la fortaleza arribará poco después un muchacho, Ibn Tahir, que ingresará en el grupo de futuros asesinos y se entrenará para su misión, manteniéndose en una castidad total. Tras diversas pruebas y combates, a él y a dos compañeros se les escogerá para visitar los seductores jardines de Alá...
El lector no conocerá a Hassan Ibn Sabah, atrincherado en lo alto de una torre con una guardia de eunucos con alfanjes, hasta pasadas un centenar y medio de páginas, pero cuando lo haga no lo olvidará fácilmente.
- Alamut se ofrece el miércoles con EL PAÍS por 2,50 euros.
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