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Reportaje:

Hadas con las alas cortadas

José Luis Cuerda rueda en el bosque del Montseny, cerca de Barcelona, "una historia de decadencia"

Las lluvias tardías han retrasado la llegada del otoño en Viladrau, un pequeño pueblo situado junto al parque natural del Montseny, a una hora y algo más en coche desde Barcelona. Lejos de quedarse en anécdota, la pirueta climatológica provocó un pequeño cataclismo en los planes de rodaje de La educación de las hadas, la nueva película de José Luis Cuerda, producida por Tornasol Films y Finales Felices. Los tonos ocres y rojizos que la estación imprime a los frondosos bosques de hayedos eran imprescindibles para crear la atmósfera del filme, adaptación de la novela de Didier van Cauwelaert que, en palabras del director, retrata una serie de "historias de decadencia protagonizadas por personas en crisis que se cruzan en un determinado momento y en un sitio muy aislado". El inicio del rodaje se demoró, pero éste ha sido el único contratiempo en un proyecto que, a decir de Cuerda, está marchando sobre ruedas y para el cual ha podido contar con el reparto soñado, encabezado por Ricardo Darín, Bebe, Irène Jacob y el niño Víctor Valdivia.

Ricardo Darín, Bebe, Irène Jacob y el niño Víctor Valdivia interpretan el filme

"Estamos a mitad de rodaje y, aunque siempre he sido muy receloso para decir estas cosas, la verdad es que está quedando muy bien. A lo mejor es que estoy bajando el listón", bromea el director. La educación de las hadas es, en cierto modo, una historia de segundas oportunidades. Una mujer viuda (Jacob), ornitóloga que estudia el paso de las palomas torcaces, y su pequeño hijo (Valdivia) conocen en un avión a un inventor argentino (Darín) a punto de instalarse en España. "El tipo se enamora a la vez de la madre y del hijo", cuenta Darín. Los tres inician una nueva vida juntos, pero justo cuando parecen haber encontrado la plenitud, la mujer decide romper la relación. Nadie entiende las razones. De repente, en la vida de todos se cruza Sezar (Bebe), una joven argelina de origen iraquí que trabaja en un supermercado. El niño está convencido de que si la educa convenientemente, la chica podrá lograr la reconciliación de sus padres y, de paso, ayudarle a alcanzar 1,20 de altura.

"Creo que todos los personajes son hadas, pero con las alas cortadas", reflexiona Cuerda, que se ha encargado también de la adaptación de la novela. Una amplia masía aislada en la montaña sirve de plató en el que se sitúan las localizaciones de la película. Para el rodaje se ha construido en ella todo lo necesario para recrear el universo particular de los distintos personajes. Una hermosa pajarera de madera llena de jaulas antiguas, un lavabo en medio de un salón, una cocina en una zona de paso... Varias estufas situadas en lugares discretos, fuera de cuadro, tratan de caldear las estancias comprendidas entre los gruesos muros de piedra. El equipo ha logrado un clima cálido de complicidad que contrasta con el gélido frío del exterior. En las pausas, el anorak Michelin se convierte en el uniforme imprescindible. En sus abrigos de plumas se arrebujan las dos protagonistas, felices de participar en un proyecto que las tiene fascinadas. Irène Jacob ha aprendido a hablar español para poder interpretar con soltura su personaje. "Me gustaba lo que José Luis quería hacer con la película. Me gusta el cine español, sé que hay muy buenos directores. Y es un placer trabajar con este equipo", asegura la actriz de Rojo, de Kieslowski.

La presencia de actores, técnicos y demás profesionales implicados en el proyecto ha alterado la vida en el tranquilo Viladrau, con cerca de 900 habitantes. El equipo ha copado todas las plazas hoteleras disponibles, que han resultado insuficientes, y se han tenido que alquilar casas particulares. Cálida y hospitalaria, la población que guardó el secreto de la relación entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín, fraguada entre sus calles, ha establecido una sólida complicidad con sus visitantes temporales. Quizá el que menos puede disfrutar de la belleza del lugar es Ricardo Darín, que compagina el rodaje con las representaciones en Barcelona de la obra teatral Art. Tras la función, el actor duerme en la capital y, por la mañana, muy temprano, un chófer le espera para trasladarle hasta la masía. A primera hora de la tarde emprende el camino de regreso. Duerme poco y va cansado. Pero le compensa porque La educación de las hadas le permite interpretar a este "personaje divertido y atractivo, con opiniones particulares de las cosas".

VÍCTOR BELLO
De izquierda a derecha, los actores Irène Jacob y Ricardo Darín y el director José Luis Cuerda, durante el rodaje de <i>La educación de las hadas.</i>
De izquierda a derecha, los actores Irène Jacob y Ricardo Darín y el director José Luis Cuerda, durante el rodaje de La educación de las hadas.

La cantante y el Espíritu Santo

A Víctor nos lo ha mandado el Espíritu Santo. Vimos a un montón de niños y había una diferencia enorme entre su prueba y las de los demás. Es un genio". A José Luis Cuerda le faltan las palabras para describir su entusiasmo ante el trabajo del pequeño Víctor Valdivia, de 8 años, sin ninguna experiencia previa en el cine, que se pasó el primer fin de semana de descanso del rodaje jugando a dirigir a sus primas. La norma cinematográfica que aconseja no trabajar con niños ni con animales no está hecha para este director, y, como muestra, esgrime su experiencia previa con La lengua de las mariposas. "A partir de ahora sólo voy a trabajar con niños", bromea.

Su intuición le llevó también a darle a la cantante Bebe su primer papel protagonista como actriz. Su bagaje en el medio se limitaba a pequeñas intervenciones en las películas Al sur de Granada y El oro de Moscú. "Me gustaba cómo interpretaba sus canciones y pensé que podíamos aprovecharla para el cine", explica Cuerda. La experiencia, dice, ha confirmado que no se equivocaba en sus estimaciones, y asegura que Bebe hará una carrera como actriz, "si es que ella quiere". Bebe, que protagonizará la próxima película de Julio Medem, siente un gran respeto por Cuerda, a quien insiste en tratar de usted y de cuya película Amanece que no es poco es una gran fan. Recuerda que llegó al rodaje llena de miedos, pero muy ilusionada, "porque era darle la vuelta a la tortilla. Si uno no se arriesga y la caga, no gana nada y no aprende. Me apetecía jugármela", asegura.

También Ricardo Darín se deshace en elogios hacia Bebe. "Es fantástica. Tiene un nivel interpretativo muy poderoso", asegura. El actor ha hecho igualmente muy buenas migas con Irène Jacob. "Tiene un sentido del humor increíble. Nos comunicamos en una curiosa mezcla entre francés, italiano, argentino y español".

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