Blair propone reducir las ayudas a los países pobres de la UE para pactar el presupuesto
La presidencia británica busca el apoyo de los socios que quieren reducir el gasto europeo
Tony Blair, presidente de turno de la Unión Europea, quiere que los países más pobres de la Unión renuncien a una parte de sus ayudas para facilitar un acuerdo sobre los presupuestos europeos para el periodo 2007-2013. El primer ministro británico, que asistió en Barcelona a la Cumbre Euromediterránea, propondrá rebajar en 22.000 millones de euros la propuesta presentada en junio pasado por Luxemburgo y rechazada por diversos motivos por Reino Unido, Suecia, Holanda, Finlandia y España.
De esta manera, el dinero que los socios destinarán a Europa se quedaría en 849.000 millones de euros en siete años, equivalentes al 1,04% del PIB europeo frente al 1,06% de la oferta luxemburguesa. La propuesta británica, que no será oficial hasta el próximo 5 de diciembre, constituye una alambicada maniobra diplomática que se apoya en la creencia de que recabará el apoyo de los países que quieren reducir el gasto europeo, como Alemania, Holanda o Suecia. Los nuevos socios tendrán que elegir entre renunciar a una parte de las ayudas o arriesgarse a poner en peligro su acceso completo a los fondos estructurales porque no les daría tiempo a presentar los correspondientes planes de gasto si se retrasa el presupuesto.
En esa estrategia está por ver la posición de países como Francia o España. Madrid rechazó a última hora la oferta de compromiso presentada en junio por Luxemburgo por considerarla insuficiente. Aunque el recorte propugnado ahora por Blair no afecta directamente a las posiciones españolas, la oferta tampoco contempla las mejoras exigidas en junio por el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Fuentes españolas señalaron ayer que Madrid sólo aceptará un acuerdo que cumpla tres condiciones: que no se rebaje la cifra total que puso Luxemburgo encima de la mesa en junio (871.500 millones de euros para todo el periodo presupuestario), que se mejore la posición que tenía España en la oferta de junio y que España siga teniendo un saldo presupuestario positivo con la UE en cada uno de los años del periodo en cuestión, de 2007 a 2013.
La ministra francesa de Asuntos Europeos, Catherine Colonna, declaró ayer que su país no aceptará una propuesta que se aleje de la que quedó sobre la mesa en junio. Pero la oferta que prepara el Reino Unido tiene la particularidad de que no afecta a los pagos directos que reciben los agricultores franceses, lo que hace las cosas más aceptables para París. En cambio, sí afectaría a las ayudas que se destinan al desarrollo rural, lo cual no deja de ser contradictorio con la posición británica de que hay que reformar las ayudas agrícolas de manera que no incentiven la producción agrícola pero tengan en cuenta la necesidad de mantener el entorno rural.
Londres considera que los 2.000 millones de euros destinados a ayudar a la agricultura de Rumania y Bulgaria ya están incluidos en las cifras de gasto agrícola, mientras que España, Italia y Francia sostienen que ha de ser gasto adicional. Otra parte de los ahorros procederían del cheque británico, del que Londres renunciaría a una parte. El Reino Unido recibe una devolución de entre 5.000 y 6.000 millones de euros anuales, que con las actuales condiciones se dispararía a 8.000 millones al año, por lo que Luxemburgo propuso congelar el cheque en 5.000 millones.
Blair lo condicionó a una reforma de la agricultura, con el argumento de que las ayudas europeas perjudican a los países en desarrollo. Pero el grueso del ajuste no procede de la producción agrícola, sino de las ayudas al desarrollo de los nuevos socios, los países más pobres de la UE, recortadas en un 10% respecto de la propuesta de Luxemburgo en junio pasado.Los polacos reaccionaron ayer con acritud. Aunque en Luxemburgo se ofrecieron a sacrificar una parte de sus ayudas si eso propiciaba el acuerdo, ahora han encajado mal que su teórico gran aliado político en la UE, el Reino Unido, les tome la palabra.
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