El paro de Aerolíneas Argentinas desata el caos en el aeropuerto de Buenos Aires

"Esto es espantoso". Roberto Ruipérez, un ciudadano español de 63 años, debía haber despegado hace tres días del aeropuerto de Ezeiza con rumbo a España en un avión de la compañía Aerolíneas Argentinas. Ayer a las seis de la tarde (hora española) permanecía en una sala del aeropuerto argentino junto con otras 400 personas, entre las que había niños, a la espera de noticias de la empresa, afectada por una huelga de pilotos y técnicos de vuelo que desde el pasado jueves ha perjudicado a unos 25.000 pasajeros. Cientos de españoles quedaron ayer en los aeropuertos argentinos.

Fuera del aeropuerto, centenares de pasajeros de todas las compañías se veían obligados a recorrer a pie cuatro kilómetros de autopista por el corte de la ruta provocado por los huelguistas. De nada sirvieron los servicios mínimos decretados por el Gobierno argentino ni los 168 despidos realizados por la empresa por incumplirlos. Ayer Antonio Mata, presidente de la empresa propiedad del grupo español Marsans, se reunió con representantes del Gobierno para tratar sobre el peor conflicto que aqueja a la compañía desde que en 2001 Marsans se hiciera cargo de ella. Ayer, quinto día de huelga, el paro afectaba al 90% de los vuelos programados.

"No nos adherimos a este paro. Somos sindicalistas pero siempre hemos cuidado la relación con los usuarios", subrayó Alicia Castro, secretaria general de la Asociación Argentina de Aeronavegantes, que se reunió con el jefe de Gabinete del presidente Néstor Kirchner, Alberto Fernández. Castro criticó el papel de la Administración y destacó que Ricardo Cirielli, subsecretario de Transporte Comercial, dirige la Asociación de Personal Técnico y Aeronáutico (Apta), uno de los sindicatos convocantes de la huelga "cuya acción está poniendo en peligro 7.500 empleos", según Castro.

Los dos sindicatos convocantes exigen subidas salariales del 45% para los pilotos y del 70% para el personal técnico. Según Juan Papalardo, dirigente del sindicato de técnicos, "hace 10 años que no se ajustan los salarios". La seguridad de los vuelos no está garantizada, dicen los huelguistas, a quienes la empresa considera irresponsables.