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Maria Barbal novela la relación entre una madre y su hija tras la Guerra Civil

La escritora Maria Barbal (Tremp, 1949) acaba de publicar País íntim (Columna), la novela con la que el pasado septiembre obtuvo el 38º Premio Prudenci Bertrana y en la que narra la relación -llena de asperezas y desencuentros- que mantienen una madre y su hija. La autora aborda las consecuencias de la Guerra Civil sobre estos dos personajes, las heridas que tras el conflicto permanecen abiertas y hasta qué punto la incapacidad de superar la injusticia puede interponerse entre ambas.

Barbal confiesa que País íntim es un proyecto que desde hace mucho tiempo deseaba llevar a cabo, pero ha tardado varios años en saber cómo afrontarlo. Su punto de partida al comenzar a escribir la novela era reflejar el instinto contrariado de una hija que no encuentra en su madre el amor, la protección y la ternura que busca. Finalmente decidió que debía conceder la voz narrativa a Rita, la protagonista, que relata en primera persona cómo desde niña se esfuerza por descubrir y comprender el mundo interior de su madre, que tras perder a su padre en la guerra tuvo que asumir el papel de cabeza de familia. Este hecho dramático acaba determinando la vida de Teresa, que no es capaz de superar la injusticia ni sabe cómo transmitir las experiencias vividas a su hija.

Para construir esta figura materna en la que el pasado es presente, Barbal se ha inspirado en la generación que en 1936 vio su juventud interrumpida por la guerra. "Hay elementos comunes en las mujeres de esta época, independientemente de cómo les fuera durante el conflicto: son fuertes, han pasado dificultades, sobre todo económicas, y han sido muy protectoras con sus hijas para evitar que éstas pasaran por situaciones similares", señala la autora, que considera que la dictadura impidió que pudieran rehacer sus vidas. Es el caso de Teresa, la madre de Rita, que en un pueblo pequeño comprueba que la presión social sobre los vencidos es "continua y absoluta".

Tras pasar la infancia junto a sus padres, Rita se marcha a vivir a Barcelona para estudiar el bachillerato y eso le permite alejarse de su madre y vivir experiencias nuevas. Pero a veces, explica la autora, para curar las heridas de una guerra debe pasar más de una generación. "Rita consigue emprender una vida por su cuenta y distanciarse de lo sucedido, pero hay una parte de la herencia injusta que le deja su madre que es insuperable y que ella intenta asimilar y mantener en el lugar adecuado". La memoria histórica y el perdón están encarnados en la obra por un historiador que sigue con sus investigaciones pese estar implicada su familia en crímenes de guerra.

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