Un nuevo centro comercial causa una caída de ventas en las tiendas de Castelldefels

El pequeño comercio de Castelldefels y Viladecans ha notado los efectos de la apertura del centro comercial Ànec Blau con un descenso de las ventas que en el caso del primer municipio, en el que se ubica el nuevo complejo comercial, es de entre el 10% y el 15%, según la Federación de Comerciantes de Castelldefels. Los tenderos de Viladecans calculan la caída en el 20%. El temor es que peligra la preciada campaña de Navidad.

El centro comercial, que tiene 85.000 metros cuadrados y dispone de 144 locales entre restaurantes, tiendas de moda y salas de cine (nueve), se inauguró hace poco más de un mes en la avenida del Canal Olímpico. En el primer mes ha recibido más de un millón de visitantes, cuando sus promotores (Superco y Grup Comerciants Castelldefels) calculaban alcanzar los ocho millones en el primer año. La gran afluencia ha provocado en los fines de semana un caos circulatorio en los accesos. El centro abre también los domingos y festivos, ya que se acogió a la normativa que permite la apertura cuando la actividad comercial se desarrolla en un municipio turístico.

Capacidad de atracción

"Los viernes y los sábados ya no hay la misma gente circulando por el centro de la ciudad", asegura el presidente de la Federación de Comerciantes de Castelldefels, Josep Maria Cantó, que añade que el descenso de las ventas de hasta el 15% supone en algunos casos "poner al límite el pequeño margen de beneficio que permite la supervivencia del pequeño comercio". El alcalde de Castelldefels, el socialista Antoni Padilla, explica que para mejorar la situación el consistorio ha contratado "un experto para mejorar la competitividad del comercio en la zona urbana".

Aun así, Cantó critica que los defensores del complejo sostenían que la nueva instalación supondría la llegada de nuevos clientes al núcleo urbano de Castelldefels, cuando en la práctica "van a comprar al nuevo centro y vuelven a su casa". La principal preocupación se centra en los comercios dedicados a la venta de artículos de regalo, perfumería y joyería, cuya facturación anual depende en especial de la campaña de Navidad.

"Todos los clientes van a Castelldefels", se lamenta la gerente de la Associació Viladecans Eix Comercial, Cristina Santos, que constata: "Los sábados no hay nadie por la calle y allí todo está lleno". Santos se queja de que "no sirve de nada que la Generalitat reparta ayudas al pequeño comercio y después permita abrir nuevos centros comerciales", y de que se haya dado la condición de turístico a un complejo "que se encuentra a dos kilómetros de la playa". Los consumidores ya pueden realizar grandes compras los domingos en el supermercado Mercadona ubicado en Ànec Blau, por lo que tampoco acuden entre semana al casco urbano. Lo mismo dice José Antonio García, de Illa Comercial de Viladecans. "Estamos rodeados: hay centros comerciales en Sant Boi, Gavà, Cornellà y Castelldefels, y Viladecans está preparando el suyo". Aun así, los afectados confían en que la ola de compradores de Ànec Blau disminuya una vez pasado el efecto de la novedad.