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ELECCIONES PRESIDENCIALES EN CHILE

La izquierda chilena centra su campaña en la lucha por la igualdad de oportunidades

Los partidos de la derecha se han distanciado por vez primera de Augusto Pinochet

Treinta y dos años después del golpe, el general que ordenó bombardear La Moneda es un anciano sin peso político, abandonado por su corte y por la derecha. Desde el miércoles permanece arrestado en su domicilio, procesado primero por evasión de impuestos, confección y uso de pasaportes falsos, declaración falsa de bienes y adulterar certificados de ingresos, y después como inductor de seis crímenes de opositores a la dictadura. En el palacio presidencial está el socialista Ricardo Lagos, y a partir del 11 de diciembre puede que resida allí una mujer, Michelle Bachelet, cuya campaña presidencial se centra en la igualdad de oportunidades y el reparto de la riqueza nacional.

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Distanciado del modelo de izquierda latinoamericano encarnado por el venezolano Hugo Chávez y el argentino Néstor Kirchner, el Gobierno del socialista Ricardo Lagos ha apostado por la inserción de Chile en los mercados internacionales, mediante tratados con países como Estados Unidos y China y regiones como la Unión Europea, y una imagen de estabilidad. Aunque las cifras macroeconómicas son positivas, también revelan que Chile es el país con la peor redistribución de la riqueza en América Latina. Y es aquí donde quiere dar la batalla Michelle Bachelet.

"¿Es que acaso me van a pagar menos que al presidente Lagos?". Con esta frase dirigida al electorado, Bachelet ha puesto el acento sobre uno de los ejes fundamentales de lo que será su política: la igualdad entre hombres y mujeres. Curiosamente, el último rival al que debió vencer para ser nominada por la Concertación como candidata a la presidencia fue precisamente una mujer que no sólo fue colega de Bachelet en el Gabinete ministerial, sino también en el liceo estatal de Santiago, al que ambas acudieron de pequeñas: la ex ministra de Exteriores y democristiana Soledad Alvear.

"Mi impresión es que se ha producido una inflexión y que el punto clave es la igualdad de oportunidades", destaca Ricardo Lagos Weber, responsable de relaciones internacionales de la candidatura de Bachelet. "Michelle interpreta una demanda existente en la sociedad, un malestar, porque sabe que es necesaria una mejor distribución de la riqueza y de las oportunidades, y por eso encarna la idea de la no discriminación no sólo de género, sino también social", añade.

Una demanda de igualdad que no sólo ha experimentado en carne propia la candidata de la Concertación al ser puesta en la cartera de Defensa. Cuando en 2000 Lagos la nombró ministra de Sanidad, siendo entonces Bachelet una desconocida, a los pocos días le puso una tarea que muchos consideraron como una "misión imposible": 90 días de plazo para acabar con la pesadilla de cualquier sistema de salud estatal, las listas de espera. Además -lo que es casi peor-, Lagos designó a un consejero que interfería directamente y puenteaba la labor de la nueva ministra. Lo logró, y eso le permitió afianzarse en el Gabinete. En dos años en ese cargo, pudo sentar las bases de una reforma sanitaria, promulgada después por su sucesor, que consagra el acceso igualitario de los chilenos al sistema sanitario, ya sea público o privado.

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"La adhesión de la gente comenzó cuando ella asumió el reto de reducir las colas. Sin embargo, comenzó a perfilarse como una opción presidencial ya en la cartera de Defensa, cuando, además de la Michelle que comunica, el público ve a otro tipo de político", destaca el ex ministro socialista Ricardo Solari.

Derecha dividida

Frente a ella, Bachelet tiene a una derecha que no ha encajado bien el retroceso que tuvo en las elecciones municipales de 2004 y ha terminado compitiendo a la presidencia con dos candidatos: el ex alcalde de Santiago y ex funcionario de la dictadura Joaquín Lavín, que representa al sector más conservador, y el millonario Sebastián Piñera, más renovado él mismo que su partido. Es un empresario que se opuso a Pinochet. "Tenemos una derecha muy dividida que aún no se ha ganado el derecho a gobernar", destaca Solari.

La derecha, que sólo este año ha terminado de despegarse de Pinochet y que fue columna vertebral de la dictadura, ha sido derrotada por la Concertación en todas las elecciones desde el retorno a la democracia. Sin embargo, es un sector con gran fuerza y que además se beneficia del peculiar sistema electoral chileno, que garantiza a la minoría un espacio casi igual que a la mayoría, y desplaza la disputa al interior de cada una de las fuerzas y coaliciones políticas, más que entre ellas.

En la carrera está también Tomás Hirsch al frente de una coalición que encabezan los comunistas, y que aspiran a llegar al Parlamento, algo que no han podido hacer desde el reinicio de la democracia por el sistema electoral y porque la democracia cristiana veta posibles acuerdos.

Los candidatos a la presidencia de Chile: de izquierda a derecha, Tomás Hirsch, Sebastián Piñera, Michelle Bachelet y Joaquín Lavín, tras un debate televisado.
Los candidatos a la presidencia de Chile: de izquierda a derecha, Tomás Hirsch, Sebastián Piñera, Michelle Bachelet y Joaquín Lavín, tras un debate televisado.ASSOCIATED PRESS

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