La Patum, candidata a ser declarada hoy patrimonio universal por la Unesco

La ciudad de Berga sabrá hoy al mediodía si el comité de expertos de la Unesco decide incluir la fiesta de la Patum en la lista de Obras Maestras del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. La candidatura de la Patum, presentada por el Gobierno central, es una de las 65 que desde el lunes está analizando un jurado internacional en París. Hoy se dará a conocer la tercera proclamación de Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidads. En la primera, en 2001, la Unesco reconoció el valor del Misterio de Elche.

La ciudad de Berga vive con expectación la reunión del jurado, con el convencimiento de tener en la ciudad una fiesta única y el temor de que los hechos de la última Patum (el asesinato del joven Josep Maria Isanta) supongan un paso atrás en su camino hacia el reconocimiento. Tanto Berga como la Generalitat consideran que la Patum tiene posibilidades, pero se ha mantenido la discreción y la cautela; aunque si la fiesta recibe el reconocimiento de la Unesco, el ayuntamiento ya tienen preparados una serie de actos para celebrarlo.

La ceremonia de la Unesco se seguirá en directo desde el Ayuntamiento y, si la Patum es incluida entre las fiestas protegidas como patrimonio universal, habrá celebración en la plaza de Sant Pere. Saldrá el Águila, se interpretará su baile, que es uno de los más emotivos, y posteriormente se anunciará por toda la ciudad.

La Patum es una fiesta popular, un baño de fuego en la pequeña plaza de Sant Pere de Berga, y tiene sus orígenes en los entremeses que desfilaban y actuaban en las procesiones del Corpus, que al mismo tiempo tenían vinculación con las fiestas anteriores paganas. La Patum presenta el valor de haber mantenido viva la esencia del teatro medieval popular.

La propuesta de la Patum quedó incluida en una preselección en el año 2003, pero entonces el Gobierno central desestimó la propuesta. En esta ocasión, la fiesta de Berga ha tenido el apoyo del Ejecutivo que preside José Luis Rodríguez Zapatero y el impulso de su principal avalador, la Generalitat.