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GIRA DE BUSH POR ASIA

El presidente estadounidense defiende la libertad religiosa

Cuando, el pasado marzo, la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, visitó Pekín, acudió a misa al templo de Gangwashi, uno de los cinco protestantes reconocidos oficialmente por el Gobierno chino. George W. Bush hizo ayer lo mismo. Fue la forma de lanzar un mensaje directo a las autoridades chinas: que deberían permitir la libertad religiosa. Pekín asegura que existe libertad de culto en el país, pero sólo autoriza aquellas creencias agrupadas en las llamadas iglesias "patrióticas", que están sometidas a la autoridad del Partido Comunista Chino (PCCh). El mandatario estadounidense fue recibido con una ovación al llegar a la iglesia, donde estaban congregados unos 400 feligreses. La policía acordonó la zona.

"Una sociedad sana es una sociedad que da la bienvenida a todas las fes y permite a la gente expresarse mediante el culto al Todopoderoso", dijo Bush tras el servicio religioso. El presidente estadounidense, que recibió una Biblia en chino, escribió en el libro de visitas: "Dios bendiga a los cristianos de China. George W. Bush". Su esposa firmó: "Con amor y respeto. Laura Bush". La celebración fue en chino. Bush, sentado en primera fila, siguió el oficio con unos cascos, a través de los cuales le llegó la traducción simultánea.

El Departamento de Estado ha citado este mes a China, en un informe, como uno de los ocho países "especialmente preocupantes" porque niegan la libertad religiosa. Bush recibió hace 10 días al Dalai Lama, en Washington, lo que provocó el rechazo de Pekín, que acusa el líder espiritual tibetano de llevar a cabo actividades secesionistas. El presidente estadounidense aseguró ayer que había instado al Gobierno chino a que invite a representantes del Vaticano y al Dalai Lama a Pekín para mantener conversaciones sobre la situación religiosa en China.

Oír al Dalai Lama

El presidente de Estados Unidos dijo que quiere que los dirigentes chinos oigan por sí mismos que el premio Nobel no quiere la independencia. "He pensado que sería sabio para el Gobierno chino invitar al Dalai Lama para que pueda decirles exactamente lo que me dijo a mí en la Casa Blanca el otro día, que no desea la independencia de Tíbet", explicó, informa France Presse. Bush no dijo qué respondieron sus interlocutores. El Dalai Lama se refugió en India en 1959, huyendo de las tropas chinas, y estableció su Gobierno en el exilio en la ciudad india de Dharamsala.

El líder tibetano aseguró durante su estancia en Washington que Tíbet debería permanecer bajo control chino por el bien del desarrollo económico de la región autónoma del Himalaya. Pero añadió que los tibetanos deberán determinar su propio futuro sin que China continúe negándoles una autonomía genuina y "significativa".

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