Los suníes piden una investigación exterior sobre las torturas en Irak
EE UU admite que atacó con bombas incendiarias a la insurgencia
Los líderes políticos de la comunidad suní de Irak exigieron ayer una investigación internacional sobre las torturas a detenidos en una cárcel secreta situada en el Ministerio del Interior en Bagdad. Las tropas de Estados Unidos localizaron en un búnker excavado bajo el recinto del ministerio a 173 hombres y adolescentes prisioneros, suníes en su mayoría, con señales de sufrir desnutrición y malos tratos a manos de una milicia chií.
El primer ministro iraquí, el chií Ibrahim Yafari, ordenó el martes una investigación sobre la cárcel secreta, que estaba supuestamente controlada por la milicia de Al Báder, aliada del partido del primer ministro.
El político suní Omar Hujail, dirigente del Partido Islámico Iraquí, aseguró ayer que el búnker del Ministerio del Interior no era el único lugar del país en el que los suníes se encuentran detenidos y sometidos a torturas. "Hemos denunciado desde hace tiempo que hay personas vestidas con el uniforme del Ministerio del Interior que irrumpen en las casas por la noche y detienen a la gente, pero el Gobierno lo ha desmentido", afirmó Hujail en una conferencia de prensa. "Pedimos a Naciones Unidas y a las organizaciones para la defensa de los derechos humanos que denuncien estos hechos y le reclamamos que dirijan una investigación internacional", advirtió.
El director del Servicio de Inteligencia Nacional de EE UU, John Negroponte, visitó Bagdad ayer para entrevistarse con el primer ministro Yafari. Negroponte se halla en una difícil situación tras la publicación de varios informes periodísticos sobre la existencia de una red de cárceles secretas de la CIA en Europa oriental.
Milicia chií
El jefe de la milicia de Al Báder, Hadi al Amery, negó la implicación de su grupo en la cárcel secreta localizada en los sótanos del Ministerio del Interior. "Los norteamericanos visitaban a diario ese lugar, nosotros no tenemos nada que ver con esto", aseguró en una conferencia de prensa el líder de Al Báder, un grupo armado chií creado hace 20 años en Irán para hacer frente al régimen de Sadam Husein.
Por otro lado, una asociación iraquí para la defensa de los derechos humanos ha enviado un equipo a Faluya, feudo de la insurgencia en el oeste de Bagdad, para que investigue las denuncias sobre el uso de fósforo blanco en bombas incendiarias utilizadas en ataques contra civiles. EE UU, que no ha suscrito el protocolo de la ONU que prohíbe el uso de estas sustancias, reconoció ayer que había utilizado bombas con fósforo blanco en los ataques lanzados en Faluya en 2004, aunque negó que se hubiese utilizado contra civiles. "Los soldados de EE UU lo utilizaron para desalojar a los insurgentes de sus refugios", aseguró un portavoz del Pentágono.
Cinco marines de Estados Unidos murieron ayer en Irak en enfrentamientos con un grupo de insurgentes en Ubaidi, cerca de la frontera con Siria, dentro de la ofensiva Cortina de Acero contra los rebeldes. Otros cuatro soldados norteamericanos murieron el día anterior en un ataque ocurrido en el oeste de la capital iraquí.
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