Una consejera catalana abandona Bruselas tras acusar a San Segundo de impedirle hablar

España dio ayer una imagen de desunión ante las instituciones europeas. La ministra de Educación, María Jesús San Segundo, y la consejera catalana del ramo, Marta Cid, protagonizaron un rifirrafe con el telón de fondo del Consejo de Ministros de Educación europeos en Bruselas. Cid, de ERC, acusó a la ministra de impedirle a última hora intervenir en el Consejo de Ministros de Educación, por lo que decidió no asistir a la sesión y regresar a Barcelona. La ministra replicó que no hubo tal veto, que nunca estuvo prevista su intervención. Sobre la reforma educativa, San Segundo afirmó que "hay margen de maniobra" para lograr un acuerdo sobre la asignatura de religión.

Fuentes de la Generalitat aseguraron que Cid había redactado una breve intervención en castellano ante el Consejo de Ministros de poco más de un minuto. Estas fuentes añadieron que la intervención de Cid se había tratado el día 7 de este mes en una reunión en Barcelona en la que estuvieron presentes 12 comunidades, entre ellas, Andalucía, Madrid y Baleares, y un representante de Ministerio de Educación. Una portavoz de Cid dijo que el ministerio recibió días después el contenido de la intervención de la consejera, pero en la noche del lunes la ministra le comunicó que no podría intervenir debido a una decisión del Ministerio de Administraciones Públicas.

San Segundo negó tajantemente estas acusaciones y el Ministerio de Administraciones Públicas aseguró que no había interferido en el tema. Al término del Consejo, la ministra dijo que "en ningún momento habíamos hablado con la consejera de que fuera a hablar", y explicó que el incidente se debió a "los nuevos procedimientos de trabajo" en los consejos. "Estamos todos aprendiendo", agregó.

"No había razón de hablar"

La ministra de Educación añadió que "no había ninguna razón para intervenir en este caso [la consejera], dado que se trataba de un debate sobre política general, en el que el Gobierno, trabajando además con las comunidades autónomas, representa perfectamente la posición general". La ministra explicó que el tipo de debate de ayer requería la intervención de un representante del Estado, "que refleje los intereses de todos". Un portavoz del ministerio de Educación agregó que la nota que había redactado la consejera catalana fue leída finalmente ayer ante el Consejo de Ministros europeo.

Desde 2004 las comunidades autónomas pueden asistir a algunos consejos de ministros europeos, siempre que el jefe de la delegación del país, normalmente el ministro del ramo, dé luz verde. Fuentes del Ministerio de Administraciones Públicas afirmaron ayer que hasta la fecha han participado l6 consejeros en reuniones europeas, aunque la mayoría no han realizado intervenciones y se han limitado a asistir a las sesiones.

Respecto al conflicto con la reforma de la Ley Orgánica de Educación (LOE), que está en pleno debate parlamentario, San Segundo aseguró que "hay margen de maniobra" para lograr un acuerdo sobre la asignatura de religión, uno de los mayores obstáculos para alcanzar un pacto sobre esta norma. La ministra realizó estas declaraciones al término del consejo europeo, en el que los Veinticinco dieron su respaldo a los objetivos educativos planteados por la Comisión europea.

San Segundo dijo que en el caso de la asignatura de religión, "no se trata de convencer al contrario", sino de llegar a un acuerdo "que nos permita convivir". Precisó que la postura del Gobierno responde a un intento de respetar a la Iglesia católica junto al ejercicio del gobierno democrático. Respecto a la exigencia del PP de retirar la ley a cambio de un pacto, dijo: "No parece la actitud más adecuada para llegar a un acuerdo", y añadió que, sin embargo, hay cuestiones sobre las que existen "diferencias legítimas sobre las que se puede trabajar".

Los ministros de Educación de los Veinticinco apoyaron en Bruselas el programa de calidad de la enseñanza que evalúa el cumplimiento de los objetivos educativos de la UE, y que la semana pasada puso de manifiesto el mal estado de salud de la educación española. El debate de ayer supuso un primer paso hacia la adopción de un texto común, que deberá ser aprobado en el próximo consejo europeo de primavera.

Los países de la Unión estuvieron de acuerdo en que la educación jugará un papel determinante a la hora de alcanzar los objetivos de competitividad que se propuso la UE hace cinco años en Lisboa, con vistas a 2010. Y consideraron que los objetivos de la Unión son útiles y continúan vigentes. San Segundo destacó la necesidad de que España se acerque a estos objetivos, como los de reducir a la mitad el abandono escolar, mejorar la comprensión lectora y trabajar en la formación de un mayor número de expertos en tecnología y matemáticas. La participación española en el Consejo se centró además en la importancia de reforzar la formación de los profesores y su movilidad, ya que, a juicio de la ministra, "tienen una especial incidencia en la calidad de la educación".