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Los hombres copan el 66% de altos cargos del Gobierno pese a la ley de Igualdad

Ocho de los trece departamentos tienen menos de un 40% de mujeres en puestos de relieve

Dos tercios de los altos cargos del Gobierno (el 66,5% en concreto), contando los titulares de consejerías, viceconsejerías, direcciones, organismos administrativos y secretarías generales, siguen en esta legislatura ocupados por hombres, aún después de los nombramientos realizados tras la constitución del nuevo Ejecutivo, con la ley de Igualdad ya en vigor.

Los integrantes del Gobierno, que se configuró con siete hombres y cinco mujeres para cumplir dicha ley, que ordena que ambos sexos estén representados en el Ejecutivo "al menos en un 40%", no han aplicado su espíritu después en la configuración de sus equipos. Aunque algunos departamentos superan esa cifra, el porcentaje global de presencia femenina se queda en un 33%.

Las 57 mujeres presentes entre los 170 altos cargos se ubican en su mayoría en la parte baja del escalafón, las direcciones. En las viceconsejerías su presencia se limita al 17%: sólo cinco de los 28 nombrados son mujeres. En las secretarías generales ni siquieran tienen cabida. Todas las existentes -tres dependientes del lehendakari y tres de la vicelehendakari- las ocupan hombres.

Ni siquiera el lehendakari Ibarretxe, que calificó la ley de Igualdad como el gran logro de su anterior mandato, predica con el ejemplo. Ibarretxe ha dejado todas las secretarías generales que dependen de Presidencia en manos de hombres y sólo dos de las seis direcciones las ocupan mujeres: la de Protocolo y Emakunde.

Del total de once altos cargos de Presidencia, incluyendo al propio Ibarretxe, sólo tres los ocupan mujeres. Así, Ibarretxe ocupa uno de los lugares más bajos en la clasificación con un 27% de presencia femenina. Sólo la vicelehendakari, Idoia Zenarruzabeitia, en su faceta de consejera de Hacienda, y el titular de Agricultura, Gonzalo Saénz de Samaniego, están por debajo, con un 21% y un 18%, respectivamente, de presencia femenina en sus equipos.

Ni siquiera el socio de izquierdas del tripartito queda en buen lugar. El departamento de Javier Madrazo es uno de que más hombres tiene: nueve de sus doce altos cargos. Los dos consejeros de EA -el de Educación, Tontxu Campos, y el de Justicia, Joseba Azkarraga- sólo han puesto en manos de mujeres el 28% y el 31% de los altos cargos que han nombrado. En Industria el porcentaje llega al 35%.

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En lo alto de la tabla está la consejería de Medio Ambiente, que encabeza Esther Larrañaga en cuyo organigrama principal las mujeres ocupan el 60% de los puestos. Cultura, Sanidad, Interior y Transportes también rebasan la barrera del 40%.

El Gobierno no sale peor parado porque las direcciones, el tercer escalón de altos cargos y el más bajo de los de designación, equilibra algo la situación, con un 37%. Ello ratifica que cuanto más se sube en el organigrama más difícil es encontrar mujeres en los puestos, salvo que, como en el caso del Consejo de Gobierno, esté expresamente obligado por ley.

Petición de cuentas

El PSE ha pedido explicaciones al lehendakari por la corta presencia de mujeres entre sus altos cargos, argumentando que todo puesto regulado por la ley de Gobierno debe ser considerado parte del mismo y estar sujeto a la ley de Igualdad. La socialista Esozi Leturiondo entiende que el incumplimiento es "aún más grave" al darse al comienzo de una legisltaura, cuando era "perfectamente posible renovar los departamentos" aplicando la nueva norma.

La ley de Igualdad obliga al Gabinete a tener un 40% de mujeres entre sus miembros, pero el Ejecutivo interpreta, ateniéndose textualmente al artículo 17 de la ley de Gobierno que éste lo integran exclusivamente el lehendakari y sus consejeros. Con todo, la ley de Igualdad insta en su artículo 23 a "todos los poderes públicos" a equilibrar la presencia de sexos al designar a "sus órganos directivos y colegiados". "El Gobierno no ha hecho el menor esfuerzo por aplicarse a sí mismo lo que ha pedido a los demás", dice Leturiondo, en alusión a la paridad obligatoria en las candidaturas.

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