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Reportaje:

Últimos moradores junto a la estación de la Sagrera

La aprobación definitiva del cambio urbanístico en el triángulo ferroviario supondrá el fin de los asentamientos

Blanca Cia

Hace dos meses saltaba la verja de Melilla y ahora vive en una acampada junto a la antigua estación de Renfe de la Sagrera. "Mercancías, pequeña velocidad", reza el letrero de la antigua entrada. Johnny es un corpulento camerunés de 22 años que el pasado sábado veía el programa de Teresa Campos en una televisión instalada en medio de algo parecido a una tienda de campaña improvisada con toda suerte de plásticos. Se apoya en otras someras construcciones muy parecidas. Algunas con una improvisada puerta con condado. Serán unos siete u ocho habitáculos en los que viven una decena de personas. "Algunos son africanos, pero también hay blancos", explica. Tienen luz porque la han puenteado del tendido eléctrico de la antigua estación. Para tener agua se desplazan a una fuente cercana. Cuenta que no molestan a nadie porque las viviendas más cercanas son las de los empleados de Renfe y están algo alejadas, y que la policía tampoco les dice nada.

Johnny no tiene ni idea de que probablemente forme parte de uno de los últimos asentamientos incontrolados de personas junto a las vías ferroviarias de la Sagrera, muy cerca de donde hace dos años malvivía un grupo de rumanos con niños que supuestamente eran utilizados en las redes de mendicidad organizada. Aquel solar ha sido cerrado y la ocupación de las antiguas naves y tinglados de Renfe desde el puente de Espronceda hasta el de la riera de Horta es residual. "Hay indigentes del barrio que se cobijan bajo el puente de Calatrava, pero el panorama ha mejorado en los últimos años", explica Oleguer Méndez, de la Asociación de Vecinos de la Sagrera, que ya se prepara para la transformación urbanística a la que se someterá la zona por la llegada del AVE.

Serán algo más de 1,5 millones de metros cuadrados ocupados ahora por las vías que se transformarán en la nueva estación, 38 hectáreas de zona verde, viviendas -públicas y de mercado libre- y edificios destinados al sector terciario: oficinas y hoteles. La primera pieza del puzzle de la Sagrera que tomará forma es el conocido como el triángulo ferroviario: 77.000 metros cuadrados de descampado en el que se bifurcan las líneas de Renfe hacia Girona y Vic-Puigcerdà. Después de la aprobación definitiva de ese sector de la Sagrera, que se producirá esta semana en la comisión de urbanismo del Ayuntamiento, se pondrá en marcha la redacción del proyecto constructivo del edificio de Frank Ghery. Este singular complejo de edificios tendrá una torre de 145 metros de altura sobre la que parece que se apoyen otros de menor altura. "El vestido de la novia", imagen con la que Ghery identificó su proyecto, será construido por el Consorcio de la Zona Franca con una inversión multimillonaria: 250 millones de euros.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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