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UN SECTOR EN EXPANSIÓN

Telefónica refuerza su apuesta por Europa

La compañía pacta la compra de la segunda firma de móviles del Reino Unido por 26.000 millones

Ramón Muñoz

Telefónica ha puesto por fin un pie en el Reino Unido y, por extensión, ha ampliado su presencia en el oeste de Europa. Y ha decidido hacerlo a lo grande, con la compra de O2, la segunda compañía de móviles británica, por 17.700 millones de libras (26.000 millones de euros), que pagará íntegramente en efectivo. Se trata de la mayor operación financiera en la historia empresarial española y la mayor que se realiza en metálico (sin canje de acciones) en Europa.

La adquisición de la antigua filial de móviles de British Telecom (BT), permite a Telefónica controlar el 24% del mercado británico, sólo por detrás de Vodafone; entrar en Alemania, donde O2 es el cuarto operador con 8,4 millones de clientes, y en Irlanda, país en el que tiene 1,5 millones de clientes.

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El presidente de Telefónica, César Alierta, justificó ayer precisamente el enorme desembolso por la diversificación que aportará a la compañía, tanto sectorial con la mayor presencia de la telefonía móvil, como geográfica, disminuyendo el peso de España y Latinoamérica en las cuentas del grupo. La multinacional española se hace también más fuerte frente a sus rivales, con 24,6 millones de nuevos clientes, convirtiéndose en la cuarta compañía de telecomunicaciones del mundo por abonados (170 millones) y la segunda por capitalización bursátil si se suma la de O2.

O2, que desde su desagregación de BT no tiene ningún accionista de referencia, estaba en venta desde hace más de un año. De hecho, Deutsche Telekom y la holandesa KPN mantuvieron conversaciones durante todo el verano pasado para hacerse con su control. Al final, la balanza se ha inclinado hacia Telefónica por el precio ofrecido y por el hecho de que su oferta es en metálico, y no por canje de acciones.

Subida de O2 en Bolsa

Los accionistas de O2 están de enhorabuena. Telefónica ofrece 200 peniques por cada acción de O2, lo que supone una prima del 22% sobre el cierre del pasado viernes. Los títulos cerraron ayer a 205,75 peniques, un 25,2% más, superando el precio que ofrece Telefónica porque el mercado interpreta que puede haber una contraoferta de otro operador europeo. Con esa subida ya acumulan una subida del 68% en lo que va de año. Ante la eventualidad señalada, Alierta se mostró cauto sobre una puja al alza con otros rivales: "Nuestra oferta es firme y clara. Es la que hemos decidido ahora y la que va a ser en un futuro".

La oferta pública de adquisición (OPA), que se presentará a mediados de noviembre, se hace por el 100% del capital, pero está supeditada a la aceptación del 90% de los accionistas o a obtener el 50% de los derechos del voto.

Para los 1,6 millones de accionistas de Telefónica, las cosas no fueron tan bien. Tras levantarse la suspensión de cotización, los títulos de la operadora cayeron ayer un 2,28%, y suman una pérdida del 3,97% en lo que va de año, en un ejercicio muy bueno para la Bolsa en general, si se tiene en cuenta que el Ibex se ha revalorizado un 15,5%. A los accionistas les queda el consuelo de que la compañía mantendrá la política de retribución comprometida hasta 2007: un dividendo mínimo de 0,5 euros por acción y la recompra de acciones propias para su amortización por 6.000 millones de euros.

La operación también va a tener un efecto negativo para el balance de Telefónica, que verá cómo prácticamente se duplica su deuda hasta los 54.000 millones de euros. Standard & Poor's rebajó la calificación crediticia de la operadora tras conocer la operación. La compra se va a financiar mediante un crédito puente de 27.200 millones de euros, concedido por Citigroup, Goldman Sachs y Royal Bank, el mayor préstamo bancario del mundo en los últimos cinco años. Los dos primeros son los asesores de la operación.

Operación amistosa

La OPA, de carácter amistoso y que se ha gestado en apenas dos semanas, es apoyada por el consejo de administración de O2, que garantiza el pago de 177 millones de libras (260 millones de euros) en caso de que acepte otra oferta. La compañía británica mantendrá su marca y su sede en Londres y situará a dos representantes en el consejo de Telefónica y uno en el de Telefónica Móviles, aunque cuando la operación se complete es más que previsible un relevo en la dirección de O2.

La compra la hace directamente el grupo, y no la filial de Móviles, a diferencia de lo que ocurrió con la adquisición el año pasado de los activos celulares de BellSouth en Latinoamérica. Un gesto que se interpretaba ayer por el mercado como una señal más de la rumoreada OPA de exclusión sobre el 7% del capital de Móviles que cotiza en Bolsa.

La operación anunciada ayer es la última de las realizadas por César Alierta desde su llegada a la presidencia de la operadora en 2000. Entre las adquisiciones más importantes destaca la operadora mexicana Pegaso, las 11 filiales de móviles latinoamericanas de BellSouth, el operador checo Cesky Telecom y la toma del 3% de China Unicom.

La compra de O2 pone de relieve también la reanimación del sector de las telecomunicaciones tras el varapalo que supuso la denominada burbuja tecnológica y que dejó un reguero de pérdidas a las operadoras de todo el mundo.

César Alierta, en el centro, con el presidente de O2, David Arculus (a la izquierda), y el director ejecutivo, Peter Erskine.
César Alierta, en el centro, con el presidente de O2, David Arculus (a la izquierda), y el director ejecutivo, Peter Erskine.BERNARDO PÉREZ

Alierta se siente fuerte

Alierta se siente fuerte y ha pasado a la acción. Llegó a la presidencia de la compañía para arreglar los desaguisados de su antecesor, Juan Villalonga, y se puso a la labor con empeño: vendió Lycos, sacó de Bolsa a Terra, liquidó las licencias de UMTS en Europa, se deshizo de la ruinosa división de medios y fusionó Vía Digital.

Pero nadie se atrevía a pensar que, tras esa limpieza, iba a ser más osado y, menos aún, que iba a volver a algunos de los escenarios donde Villalonga fracasó. Para triunfar. Tras completar su presencia en Latinoamérica, y poner un pie en Asia (China Unicom) y una pierna en el Este (Cesky Telecom) ha decidido volver al Reino Unido.

Villalonga intentó por todos los medios desembarcar en el Reino Unido. Primero, mediante una alianza estratégica con BT; más tarde con una fusión que se quedó en etapa embrionaria, y, por último, pujando por una licencia de UMTS, de la que se retiró sólo al final.

Ahora Alierta, el único presidente de una empresa privatizada que no se ha sentido cuestionado tras el cambio de Gobierno, ha entrado por la puerta grande en el país que ganó Trafalgar. Su idea es que para estar en mercados maduros como el europeo no se puede empezar desde cero, sino que hay que apostar sobre seguro comprando compañías rentables y establecidas.

Pero esa estrategia puede tener un tendón de Aquiles para los accionistas, que ven cómo la empresa crece pero la cotización de sus títulos no se mueve.

Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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