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UN SECTOR EN EXPANSIÓN

Londres, a la expectativa de una contraoferta de T-Mobile

Los analistas creen poco probable una oferta superior a la de Telefónica

La City londinense, el centro financiero de la capital británica, esperaba ayer una contraoferta de la operadora alemana T-Mobile, aunque los analistas lo consideraban poco probable. El pasado verano la compañía alemana, filial de Deutsche Telekom, presentó una oferta junto con la holandesa KPN por O2. La operación fracasó por discrepancias en el reparto de activos de la británica. O2 nació en 2001 al segregarse de British Telecom.

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O2 es el único operador independiente con presencia significativa en el mercado europeo de móviles. Nació hace cuatro años, cuando British Telecom (BT) decidió desprenderse de Cellnet para reducir la deuda contraída durante la expansión de los años noventa. El dinamismo y éxito de O2 y la telefonía móvil hace que algunos piensen que BT cometió un error estratégico al renunciar a ese negocio. "Si le pregunta a la dirección de BT le dirán que en aquel tiempo era necesario porque era un requisito previo para conseguir 10.000 millones de dólares de nuevo capital y ésa era la única manera de conseguir el dinero. Pero estratégicamente aquella decisión les ha puesto en una situación muy difícil porque no tienen activos en telefonía móvil", opina Richard Taylor, de Merrill Lynch.

Considerada una empresa muy bien gestionada, tiene 15 millones de clientes en el Reino Unido, 8,4 millones en Alemania y 1,5 millones en Irlanda. El pasado año fiscal tuvo unos ingresos de 6.683 millones de libras (casi 10.000 millones de euros). Con sede en Slough, al oeste de Londres, tiene una plantilla de 15.000 empleados.

Pese a la buena marcha de la compañía, no todos están contentos: el consejo tuvo que afrontar una tumultuosa junta en julio pasado por sus planes de congelar los salarios a 9.000 empleados y repartir entre el resto, los más productivos, un aumento global del 6,2% de la masa salarial.

Pero, para los grandes del sector se había convertido en una pera en dulce que ofrecía una gran oportunidad de entrar en el Reino Unido y ampliar su presencia en Europa occidental. Telefónica se ha adelantado. El alto precio fijado para adquirir O2 y el hecho de que la operación se haga en efectivo y no mediante el canje de acciones ha puesto muy difícil que haya una contraoferta.

Ésta podría llegar por parte de Deutsche Telekom, que el pasado verano entabló conversaciones a través de su filial de móviles, T-Mobile, para presentar una oferta conjunta con la holandesa KPN por la entidad británica en torno a los 160 peniques por acción, cuando la de Telefónica alcanza las dos libras. T-Mobile se habría quedado el mercado británico e irlandés, donde tiene muchas dificultades para penetrar, y KPN el mercado alemán de O2, que T-Mobile no puede absorber por razones de competencia. Pero alemanes y holandeses no se pusieron de acuerdo sobre el valor de los activos de O2 en Alemania.

KPN, que hace un año y medio vio cómo O2 rechazaba una oferta para adquirir la compañía a 110 peniques por acción, dijo ayer que no pensaba pujar. Deutsche Telekom guardó silencio, pero el hecho de que KPN renuncie y los problemas con el regulador dificultan cualquier contraoferta de la compañía alemana.

Algunos analistas apuntaron por la mañana que la cotización de O2, que se disparó por encima de los 206 peniques por título frente a los 165 peniques del viernes (el 25,26%), indicaba que el mercado apostaba por una contraoferta que superaría los 200 peniques ofrecidos por Telefónica. Pero a lo largo del día fue ganando terreno la opinión de que la oferta española es muy difícil de batir.

Sobreprecio

Telefónica paga en efectivo y a un precio que incrementa en un 50% el valor que tenía O2 antes de que hubiera rumores de compra. "Creemos que representa un acuerdo justo, algunos dirían que un acuerdo total, para los accionistas de O2. Reciben el dinero al contado, de manera inmediata, y las certidumbres de ahora se oponen a las incertidumbres de ver cómo evoluciona la acción en los próximos 18 meses o dos años", declaró a este diario Richard Taylor, de Merrill Lynch, la compañía que asesora a O2 en calidad de parte relacionada con Telefónica.

No todos compartían ayer esa opinión. "¿Que si creo que alguien más puede poner una oferta encima de la mesa? Absolutamente", opinó Gareth Jenkins, un analista del Deutsche Bank que cree que Deutsche Telekom puede presentar una contraoferta combinando efectivo y acciones. Hace un mes algunos analistas establecieron en 150 peniques por acción el precio máximo que podía ofrecer Telefónica para sacar partido a O2 y en 170 la cantidad que podría ofrecer Deutsche Telekom.

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