Los grandes museos sacan obras de maestros para las subastas de Nueva York
El inicio de la temporada ha desatado la polémica entre historiadores y comisarios
Uno de los placeres que esconde Nueva York es la posibilidad de pasearse gratuitamente dos veces al año por las galerías de Christie's y Sotheby's durante los días previos a las subastas de arte. La posibilidad de deleitarse con obras excepcionales normalmente ocultas en los salones de coleccionistas termina mañana, cuando el martillo caiga en Christie's por primera vez, inaugurando dos semanas de frenética actividad, que este año podría generar ventas por valor de 400 millones de dólares (331 millones de euros) en Christie's y de 300 millones (248 millones de euros) en Sotheby's.
Pero entre las joyas con las que los amantes del arte han podido deleitarse este año, antes de que personajes anónimos y millonarios comiencen a pujar por ellas, hay varias cuya procedencia ha desatado la ira de historiadores y comisarios, que han dejado oír sus airadas voces ante la decisión de instituciones como el MOMA, el Metropolitan o el Art Institute de Chicago de vender obras de Picasso, Renoir, Henry Moore o Chagall, entre otros. "La historia demostrará que estos museos se han vuelto locos. Siempre ocurre. Muchas veces lo que se vende está basado en prejuicios adquiridos que suelen revocarse en el futuro", aseguraba en el diario The New York Times Robert Rosenblum, historiador y comisario del Museo Guggenheim que afirma haberse opuesto en diversas ocasiones a las ventas decididas por su propia institución.
Entre lo que más ha sorprendido a algunos críticos está no sólo la venta de 12 obras del MOMA en Christie's, entre las que se incluye el pequeño y exquisito cuadro de Picasso Femme assisse (valorado entre 700 y 500.000 dólares), o la escultura Thin neck: seated woman, de Henry Moore (valorada entre 500.000 y 700.000 dólares), sino las 43 piezas que Los Angeles County Museum ha puesto a la venta en Sotheby's y entre las que destaca un retrato de Modigliani de su amigo Manuel Humbert, por el que se esperan conseguir entre 4 y 6 millones de dólares. "Los gustos cambian. Hace dos generaciones, los cuadros prerrafaelistas no estaban de moda. Pero si los museos se hubieran dedicado a venderlos hubiera sido un error de primer grado", afirmaba recientemente Seymour R. Slive, ex director de los Museos de Arte de la Universidad de Harvard. Slive, como otros, teme que la obsesión por las ventas esté impulsada por una nueva generación de consejeros, que están sustituyendo a la vieja guardia en el sistema organizativo de los museos, que, por intentar beneficiarse del buen ritmo económico de los mercados, se olvida del papel de salvaguardas del arte que siempre han tenido estas instituciones.
Sin embargo, los museos se defienden de los ataques recibidos alegando que todo lo que se recauda con las ventas se destina a otras compras, algo a lo que obliga por ley la Asociación Americana de Museos. Y según los expertos de las casas de subastas, las ofertas de los museos no hacen sino mejorar el valor de mercado de las obras, que en muchos casos son adquiridas por otras instituciones. "Quienes critican a los museos por estas ventas no están siendo realistas. La mayoría de esas obras están acumulando polvo en sus almacenes, y el público no puede disfrutar de ellas. Además, no es nada nuevo, los museos siempre han participado en las subastas", aseguraba a este diario Christopher Eykyn, director del Departamento de Arte Impresionista y Moderno de Christie's.
El mercado del arte moderno es el sector que en los últimos años más valor ha perdido, pero, según el propio Eykyn, "esa tendencia podría cambiar esta temporada puesto que la oferta es excepcional". Este especialista se refería, entre otros, a La blanchiusse, de Toulouse-Lautrec, que se subastará mañana en Christie's y cuyo valor se estima entre 20 y 25 millones de dólares. "No es sólo un retrato, es un análisis psicológico del underground de París", asegura Eykyn. En Sotheby's, en cambio, la estrella de la noche del miércoles, dedicada al arte moderno, será el cuadro El Gran Canal, una de las célebres vistas de Venecia de Monet, estimado entre 12 y 16 millones de dólares.
En el terreno del arte contemporáneo, donde los precios se han disparado en los últimos dos años y donde no se han dejado de batir récords para al menos una veintena de artistas como De Kooning o Jasper Jones, entre otros, Sotheby's y Christie's se enfrentarán este año con armas de calibre similar. Entre las joyas que ofrece la primera destaca el cuadro de Andy Warhol Jackie Frieze (1964), valorado entre 8 y 10 millones de dólares. La pieza In the car (1963), de Roy Lichtestein, que ofrecerá Christie's la próxima semana, es "una auténtica rareza en el mercado", según declaró a este diario Amy Cappellazzo, codirectora del Departamento de Arte Contemporáneo y de Posguerra de Christie's, quien augura que con su venta el artista batiría un nuevo récord que superaría los 15 millones de dólares.
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