Unicef alerta sobre el peligro que corren miles de personas

El mundo debe asumir la magnitud del desastre en las montañas de Pakistán causado por el terremoto del pasado 8 de octubre, y hacer más de lo que hace para ayudar o miles de vidas humanas se perderán con la llegada del invierno, según indicó ayer la directora ejecutiva del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef), Ann Veneman.

La ayuda de los donantes asciende a 120 millones de dólares (99,3 millones de euros), pero esa cantidad está muy por debajo de los 550 millones de dólares (455,2 millones de euros) requerida por la ONU.

"Es muy importante que el mundo comprenda el impacto causado en la zona, la enormidad de la tragedia y el peligro en que se encuentra mucha gente con la llegada del invierno", dijo Veneman en rueda de prensa en Muzaffarabad, la capital de la Cachemira paquistaní, que ha quedado destruida por el terremoto.

Veneman visitó la ciudad de Balatok, también afectada brutalmente por el seísmo, y una escuela donde 84 niñas murieron en el terremoto, que tuvo un efecto desproporcionado sobre la población infantil. Muchos niños se encuentran sin alimentos, vivienda ni los necesarios cuidados médicos. "Nos enfrentamos a muchas dificultades cuando está a punto de llegar la nieve, sobre todo en las comunidades de las montañas más altas. Necesitamos apoyo urgente y a gran escala para controlar la enfermedad, la malnutrición y mejorar el suministro de agua".

Veneman añadió también que se necesitan más helicópteros para mantener la entrega de ayuda vital. Muchas de las comunidades afectadas permanecen aisladas como consecuencia de los corrimientos de tierra producidos por el terremoto, que acabó con las carreteras de montaña.

No hay suficientes helicópteros para llegar hasta las zonas más remota y sacar de allí a los afectados. La directora ejecutiva de Unicef añadió que estos aparatos son absolutamente necesarios para llegar hasta los afectados.