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Frontera abierta para facilitar las labores humanitarias

Después de que tres explosiones sembraran el caos el sábado en tres barrios de Nueva Delhi, Pakistán e India acordaron en Islamabad la apertura de la frontera en la disputada Cachemira, con objeto de facilitar las labores humanitarias y permitir la reunión de las familias víctimas del terremoto que hace tres semanas asoló la región, dejando entre 55.000 y 80.000 muertos, según las fuentes oficiales.

La decisión es un paso clave para mejorar las difíciles relaciones entre los dos países, marcadas por décadas de desconfianza y rivalidad. "Las partes han acordado abrir cinco puntos de paso a lo largo de la línea de control", que ha dividido esta zona del Himalaya durante casi 60 años, según señala el comunicado emitido tras las negociaciones mantenidas en la capital paquistaní.

El material de ayuda para aliviar las consecuencias del temblor de tierra podrá ser enviado en ambos sentidos y entregado a las autoridades en los puntos de cruce. Los civiles podrán pasar a pie, pero se dará prioridad a las familias divididas. Los lugares de tránsito aprobados son Nauseri-Tithwal, Chakohti-Uri, Hajipur-Uri, Rawalakot-Poonch y Tattapani-Mendhar. La apertura de la frontera en esta zona predominantemente musulmana es particularmente sensible para el Gobierno indio, que lucha desde hace 16 años contra los separatistas que defienden una Cachemira libre o anexionada a Pakistán.

La línea de control había permanecido completamente sellada desde que fue establecida como línea de alto el fuego en 1949, hasta que en el pasado abril fue puesto en marcha un servicio de autobuses. El acuerdo recoge el agradecimiento de Pakistán por la ayuda prestada por India a los afectados por el terremoto. Nueva Delhi ha prometido 25 millones de dólares.

Muzaffarabad Rashid Khalikov, coordinador humanitario de la ONU, dijo que el acuerdo "abre una oportunidad para extender la ayuda a los afectados por el temblor en los pueblos remotos situados a lo largo de la línea de control", informa Associated Press.

Miles de personas en peligro

Naciones Unidas ha advertido de que miles de personas podrían morir en la región de enfermedades y heridas si los supervivientes del desastre no reciben atención médica, tiendas, ropa de abrigo y mantas antes de que llegue el invierno. Se estima que 800.000 personas carecen aún de un refugio mínimo. Un total de 3,3 millones de personas se quedaron sin hogar, muchas de ellas en pueblos de difícil acceso.

Aunque las ayudas internacionales comprometidas ascienden a cientos de millones de euros, sólo ha sido recibida una parte. La ONU asegura que sus reservas de emergencia están al mínimo, y que si no cuenta con más fondos en una semana tendrá que dejar en tierra los helicópteros utilizados en las labores de rescate.

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