En exclusiva
¿Saben aquél de la pantera que llamó al teléfono de aludidos de un programa de televisión? "Sí, nos comunican que tenemos a la pantera al teléfono", dice la presentadora, mientras en la base de la pantalla se pueden leer mensajes SMS como: "t k mxo txurri", o "un besazo, juanma, ponerlo, xfa".
La voz de la pantera suena un poco ronca, y dice "Arratxalde on", como hacen todas las panteras educadas. "Arratxalde on, pantera", contesta la presentadora, muy civilizada también ella, y añade, intentando encauzar la conversación: "Bueno, supongo que tendrá mucho que decir acerca de todas las informaciones que se vierten desde los medios de comunicación sobre sus correrías por Gorliz, y el revuelo que se ha armado en torno a su existencia. En primer lugar, le voy a plantear una pregunta que todos se hacen en estos momentos: ¿Es usted real o una mera invención de los medios?"
La pantera gruñe un poco, y dice: "Aún no saben si soy sólo un gato grande, pero tengo hambre". La presentadora sonríe: "Es raro que no se hayan visto animales muertos por la zona. Debe ser usted muy cuidadosa a la hora de alimentarse". La pantera no duda en responder: "Es que los agentes de la Ertzaintza me tirotearon el otro día cuando buscaba setas en el bosque. ¿Qué les he hecho yo? ¿Por qué me tratan así? ¡Si al menos fueran dardos tranquilizantes!" Después de estas palabras, suelta un rugido. En el extremo inferior de la televisión, aparece un mensaje SMS: "Pntera, tu si ke sabs, resiste, el peñascal, muxus!"
La pantera continúa: "Nadie me quiere. Ni en la directiva del Athletic: ellos tienen los leones. Y sin embargo, yo sola he conseguido que, durante diez minutos, los niños disfrutasen con las noticias. Una noticia que ellos podían comprender más que cualquier adulto, y que no hablaba del Estatut, ni de la nación, ni de la gripe aviar. He sido el auténtico entretenimiento de los telediarios, el suceso curioso, el chiste, el relajo de la actualidad. ¿No vale eso su peso en oro? Pues todos me reciben a tiros. A veces, me gustaría ser un rinoceronte".
La presentadora hace una mueca y declara: "Ésta es la historia de una pantera fugitiva que huye de los disparos de la Ertzaintza y los cazadores: una pantera que hubiera querido ser rinoceronte. ¿Tiene usted algo más que añadir?" Al otro lado del hilo telefónico se oyen jadeos, los ladridos de una jauría de perros y luego nada.
La presentadora se hace cargo, y despide la conexión: "Esperemos que tu mérito se reconozca, pantera. Eskerrik asko por tu llamada. Nosotros nos vamos a publicidad, no sin antes recordarles que a la vuelta tocaremos temas realmente importantes".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Opinión
- VIII Legislatura España
- Gripe aviar
- Congreso Diputados
- Contagio
- Croacia
- Transmisión enfermedades
- Enfermedades respiratorias
- Comisiones parlamentarias
- Enfermedades ganado
- Legislaturas políticas
- País Vasco
- China
- PP
- Reino Unido
- Parlamento
- Asia oriental
- Europa occidental
- Partidos políticos
- Enfermedades
- Asia
- Gobierno
- Política sanitaria
- Unión Europea
- Ganadería