Marruecos reconoce que se vio desbordado por la avalancha de inmigrantes sobre la valla de Melilla
Rabat señala en un informe que disparos de sus agentes mataron a cuatro subsaharianos
Marruecos no llegó a entonar un mea culpa, pero ayer reconoció implícitamente "errores de gestión en el fenómeno de la emigración ilegal". Lo hizo con motivo de la publicación de un informe sobre la muerte, en la madrugada del 6 de octubre, de seis subsaharianos que participaban en el que ha sido hasta ahora el último asalto a la valla de Melilla. El Ministerio del Interior marroquí admitió que sus fuerzas en torno al perímetro fronterizo de la ciudad se vieron desbordadas por la avalancha humana. Hoy empieza en Nador un nuevo puente aéreo de repatriación de sin papeles.
"La especial violencia que caracterizó los asaltos masivos e inacostumbrados, en la noche del 5 al 6 de octubre, en un lugar denominado Rostrogordo [frente a Melilla] sorprendió a los 15 miembros de las fuerzas de seguridad que se encontraban en el lugar de los hechos repartidos entre tres puestos de vigilancia", reza el informe de Interior. "Tuvieron que hacer frente a varias oleadas de grupos de emigrantes, algunos de lo cuales estaban armados con machetes, garrotes y otras armas blancas", prosigue.
Los 15 agentes marroquíes no disponían, precisa, "ni de miradores [para observar sus movimientos] ni de material especializado para hacer frente a asaltos de esta envergadura". "Pese a los disparos intimidatorios, los asaltantes forzaron el dispositivo de vigilancia, obligando a los centinelas marroquíes a hacer uso de sus armas en situación de legítima defensa", reconoce el documento. En consecuencia, "cuatro personas murieron a causa de los disparos rasantes", mientras que el fallecimiento de las otras dos fue provocado por hemorragias "achacables a heridas múltiples".
Las víctimas no estaban documentadas, por lo que su identificación no fue posible. En esa y en las demás avalanchas resultaron también heridos 17 agentes marroquíes, algunos de gravedad. Tras esos acontecimientos, "el dispositivo de seguridad y vigilancia ha sido reforzado" con, entre otros, el despliegue del Ejército en las verjas de Ceuta y Melilla.
Interior concluye "deplorando el sesgo dramático de los acontecimientos y manifiesta su profundo pesar por la pérdida de vidas". Sólo reconociendo "los errores de gestión del fenómeno de la emigración ilegal los países afectados, como lo ha hecho Marruecos, contribuirán (...) a aportar soluciones concretas y a preservar la dignidad humana".
El informe publicado no aclara por qué pasaron 14 horas desde que se produjeron los fallecimientos y la declaración del gobernador de Nador, Abdalá Bendhaiba, anunciándolo. Mientras tanto, miembros de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos informaron de que había muertos en el asalto. Carlos Ugarte, representante de Médicos Sin Fronteras, una ONG que ha ayudado a los subsaharianos, tachó el informe de "insulto a la inteligencia", informa Efe.
Rabat tiene aún pendiente aclarar las circunstancias de la muerte de dos subsaharianos, el 29 de septiembre, del lado marroquí de la valla de Ceuta. Los cadáveres fueron trasladados de Tetuán a Casablanca para que se les practicase una autopsia, cuyo resultado todavía no se ha dado a conocer. Otros dos muertos fueron encontrados del lado español del perímetro fronterizo.
Nuevo puente aéreo
Las autoridades marroquíes pondrán en marcha, en las próximas horas, un tercer puente aéreo, esta vez desde Nador, para repatriar a subsaharianos. En el vecino cuartel de Tawima han reagrupado a más de 500. Cerca de Guleimin (sureste) se concentran otros 330. Entre el 10 y el 17 de octubre Marruecos organizó vuelos chárter desde Oujda (noreste) y Guleimin para expulsar a más de 2.500 sin papeles. El domingo, un avión militar trasladó desde Kenitra, junto a Rabat, a otros 49 malienses. Éstos y otros 24 subsaharianos más que habían entrado en Melilla, fueron devueltos por España a Marruecos el día 6. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado anunció ayer que, por ese motivo, presentaba una demanda ante la Corte Europea de Derechos Humanos.
[El ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, se mostró ayer partidario de "vincular el aumento de la cooperación" con la firma de convenios de repatriación, informa Sandro Pozzi desde Nueva York].
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