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Crónica:NACIONAL
Crónica
Texto informativo con interpretación

La necesaria ofensiva socialista

Soledad Gallego-Díaz

Muchos dirigentes y parlamentarios socialistas ocultan estos días a duras penas un cierto desaliento. La tarea de reformar el borrador de Estatuto de Autonomía de Cataluña que ha llegado a las Cortes les parece un trabajo de gran dificultad objetiva en el que, posiblemente, los puntos intermedios terminen por no contentar a nadie.

Todos los ojos se fijan en el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y en el portavoz parlamentario, Alfredo Pérez Rubalcaba. Las esperanzas se centran en los discursos que pronunciarán los dos políticos el próximo día 2 de noviembre ante el Pleno del Congreso. "El más importante será, desde luego, el de Zapatero", explica un diputado socialista, "porque es él quien tiene que transmitir a todo el país la sensación de seguridad y de controlar el proceso. Pero la intervención de Rubalcaba también será muy interesante para nosotros, porque, sin duda, entrará en más detalles que el presidente".

"El PSOE necesita que lo tranquilicen y que le den ánimos, y eso es lo que esperamos todos del discurso del presidente del Gobierno el próximo día 2"

"Los parlamentarios", explica otro parlamentario, "nos morimos por saber qué preparan los dos, por tener en la mano una hoja de ruta lo mas detallada posible". Él admite que se encuentra en lo que denomina posición de "wait and see" (esperar y ver), un poco desconcertado y desanimado.

"El principal problema", explica el mismo diputado, que asegura haber leído el borrador de Estatut con buena disposición, "es que el texto es tan detallista, entra en tantos apartados, desde el simple protocolo que deben seguir las autoridades centrales y las catalanas en los actos oficiales que se celebren en Cataluña hasta el idioma de los prospectos de las medicinas o de las emisiones de radio, que va a parecer que tenemos que retocarlo de arriba abajo".

La idea de que se presenten y aprueben en el Congreso de los Diputados decenas de enmiendas al articulado produce una gran inquietud en el Partido Socialista. "Comprendemos que este texto llega con un enorme respaldo del Parlamento de Cataluña y que debemos realizar las mínimas reformas posibles, pero, al mismo tiempo, el ambiente social es malo y muy probablemente estaremos obligados a cambiar multitud de cosas, porque no podemos dar la impresión de que despojamos al Estado central de sus competencias y prerrogativas", se lamenta el mismo parlamentario.

El encaje de bolillos al que se enfrentan los negociadores se suma a la constante y dura presión que ejerce el Partido Popular y que todos los socialistas creen que va a seguir aumentando en los próximos meses.

"La política de acoso y derribo del PP puede proporcionarles réditos políticos. Si las encuestas les dan una cierta recuperación, no hay que tener la más mínima esperanza de que rectifiquen o moderen su ataque", comenta un dirigente socialista. "Pierdan toda esperanza quienes dentro del partido creen, o creyeron, que se podría negociar con los populares. Eso es imposible. Ya deberíamos saber, por experiencia, el tipo de oposición que son capaces de desarrollar", se queja otro dirigente autonómico socialista.

"El PSOE necesita que lo tranquilicen y que le den ánimos", asegura un diputado con gran experiencia política. "Éste es un momento delicado". Muchos militantes socialistas se preguntan si el PSC se va a mantener pegado al milímetro al PSOE o si titubeará a la hora de defender las reformas. "Ellos no han asumido la responsabilidad de decir no allí, pero estamos seguros de que apoyarán los esfuerzos que hagamos aquí", mantiene un miembro de la Ejecutiva, confiado en la presencia del ministro de Industria y secretario general del PSC, José Montilla, en el equipo negociador.

Ofensiva

"A partir del día 2 tenemos que pasar a la ofensiva y dejar esta actitud de desánimo y de defensa que hemos adoptado ahora", propone el mismo dirigente. "Tenemos que tomar la iniciativa y tranquilizar a nuestros militantes y a los ciudadanos que nos votaron. Eso es lo primero de todo".

"La verdad es que nos hemos quedado todos un poco paralizados. El único que ha mantenido el rumbo ha sido el propio presidente del Gobierno. José Luis es el único que ha dado bien la cara y que se ha esforzado en transmitir seguridad y tranquilidad. Los demás nos hemos quedado demasiado quietos y hemos transmitido una pésima sensación de consternación", critica un veterano dirigente socialista. "Eso no puede continuar así. Hay que hacer piña y presentar un frente mucho más animoso y seguro", puntualiza.

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