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LA REFORMA DEL ESTATUTO CATALÁN

Todas las resoluciones de CiU y PP fueron rechazadas

Miquel Noguer

Los grupos que apoyan al Gobierno catalán se esforzaron ayer en exhibir su unidad y el apoyo sin fisuras al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, rechazando todas las propuestas de resolución presentadas por Convergència i Unió (CiU) y el Partido Popular (PP). Entre ellas, las que que pedían anticipar las elecciones autonómicas y la dimisión del presidente.

Los 15 diputados del PP en una Cámara de 135 sólo contaron con la abstención de CiU al pedir la dimisión de Pasqual Maragall, mientras que los 46 diputados nacionalistas obtuvieron el apoyo de los populares para pedir la convocatoria de elecciones anticipadas. Aun así, la unidad de acción del tripartito impidió que prosperara cualquier resolución en este sentido y permitió aprobar hasta 117 resoluciones conjuntas para impulsar la acción del Gobierno de Pasqual Maragall. En una rueda de prensa conjunta, los tres diputados del tripartito que ayer tomaron parte en el debate aseguraron que las resoluciones de los grupos de la oposición sólo buscaban "la bronca" y el "ruido".

En otro intento de demostrar que la crisis abierta por el propio presidente al trascender que había intentado reestructurar el Gobierno sin siquiera consultarlo con sus socios, el primer consejero, Josep Bargalló, aseguró que ningún miembro del Ejecutivo ha presentado su dimisión por sentirse desautorizado. "El tripartito se siente plenamente legitimado para seguir gobernando puesto que dispone de una sólida mayoría que lo apoya, tal como se ha observado en el Parlament", insistió Bargalló.

Las crisis de Pujol

Además, no fueron pocas las referencias de diferentes miembros del tripartito a las numerosas crisis de Gobierno que abrió el anterior presidente, Jordi Pujol, y que tampoco se resolvieron siempre con la rapidez deseable.

Una de las más sonadas fue la que se derivó del nombramiento de Artur Mas como conseller en cap en febrero de 2001, que le colocaba como candidato para suceder a Pujol. Este hecho provocó que el líder de Unió Democràtica y entonces consejero de Gobernación, Josep Antoni Duran, anunciara su dimisión de este último cargo. Sin embargo, no lo abandonó hasta 19 días después, lo que creó un importante malestar en el Gabinete.

Aun así la salida de Duran de un Ejecutivo que Pujol ya había remodelado en otras dos ocasiones en la misma legislatura llevó al entonces presidente de la Generalitat a advertir al líder de Unió de que no intentara perjudicar al Gobierno. Las heridas no cicatrizaron hasta un año después, cuando Unió ganó cuota de poder en el seno de la federación CiU.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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