Todas las resoluciones de CiU y PP fueron rechazadas
Los grupos que apoyan al Gobierno catalán se esforzaron ayer en exhibir su unidad y el apoyo sin fisuras al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, rechazando todas las propuestas de resolución presentadas por Convergència i Unió (CiU) y el Partido Popular (PP). Entre ellas, las que que pedían anticipar las elecciones autonómicas y la dimisión del presidente.
Los 15 diputados del PP en una Cámara de 135 sólo contaron con la abstención de CiU al pedir la dimisión de Pasqual Maragall, mientras que los 46 diputados nacionalistas obtuvieron el apoyo de los populares para pedir la convocatoria de elecciones anticipadas. Aun así, la unidad de acción del tripartito impidió que prosperara cualquier resolución en este sentido y permitió aprobar hasta 117 resoluciones conjuntas para impulsar la acción del Gobierno de Pasqual Maragall. En una rueda de prensa conjunta, los tres diputados del tripartito que ayer tomaron parte en el debate aseguraron que las resoluciones de los grupos de la oposición sólo buscaban "la bronca" y el "ruido".
En otro intento de demostrar que la crisis abierta por el propio presidente al trascender que había intentado reestructurar el Gobierno sin siquiera consultarlo con sus socios, el primer consejero, Josep Bargalló, aseguró que ningún miembro del Ejecutivo ha presentado su dimisión por sentirse desautorizado. "El tripartito se siente plenamente legitimado para seguir gobernando puesto que dispone de una sólida mayoría que lo apoya, tal como se ha observado en el Parlament", insistió Bargalló.
Las crisis de Pujol
Además, no fueron pocas las referencias de diferentes miembros del tripartito a las numerosas crisis de Gobierno que abrió el anterior presidente, Jordi Pujol, y que tampoco se resolvieron siempre con la rapidez deseable.
Una de las más sonadas fue la que se derivó del nombramiento de Artur Mas como conseller en cap en febrero de 2001, que le colocaba como candidato para suceder a Pujol. Este hecho provocó que el líder de Unió Democràtica y entonces consejero de Gobernación, Josep Antoni Duran, anunciara su dimisión de este último cargo. Sin embargo, no lo abandonó hasta 19 días después, lo que creó un importante malestar en el Gabinete.
Aun así la salida de Duran de un Ejecutivo que Pujol ya había remodelado en otras dos ocasiones en la misma legislatura llevó al entonces presidente de la Generalitat a advertir al líder de Unió de que no intentara perjudicar al Gobierno. Las heridas no cicatrizaron hasta un año después, cuando Unió ganó cuota de poder en el seno de la federación CiU.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
Archivado En
- VII Legislatura Cataluña
- Grupos parlamentarios
- Relaciones Gobierno central
- Plenos parlamentarios autonómicos
- Debates parlamentarios autonómicos
- Reformas estatutarias
- CiU
- Parlamentos autonómicos
- Estatutos Autonomía
- Generalitat Cataluña
- Estatutos
- Cataluña
- Gobierno autonómico
- PP
- Comunidades autónomas
- Partidos políticos
- Parlamento
- Política autonómica
- Normativa jurídica
- Administración autonómica
- Legislación
- Política municipal
- Justicia
- España
- Administración pública