Zapatero asegura que habrá reforma del Estatuto catalán y que el PP fracasará

La proximidad del 2 noviembre, cuando se debatirá en el Congreso la toma en consideración de la reforma del Estatuto catalán, ha convertido este proyecto de ley en el eje fundamental de la política de acoso del PP al Gobierno socialista. Ayer, los populares aprovecharon la presencia del presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, en la doble sesión de control, en el Senado y en el Congreso, para lanzar las más duras diatribas contra su actuación personal. Zapatero encajó los rudos golpes parlamentarios -"mientras otros países tienen presidentes normales...", llegó a decirle Mariano Rajoy- y sentenció que "habrá Estatuto, se reformará, las cosas seguirán funcionando bien en este país" y el PP "se habrá quedado sin discurso, porque no lo tiene; y sin proyecto, porque nunca lo ha tenido".

Rajoy: "No le pido ni ideas ni conocimiento ni patriotismo, porque no pido imposibles"

Acebes acusa al presidente de hacer del Estatuto el "primer problema de los españoles"

Fernández de la Vega : "No es una reforma constitucional. Lo demás son inventos"

Horas antes, por la mañana, en el Senado, el presidente y el portavoz del PP en la Cámara alta, Pío García-Escudero, mantuvieron un tenso diálogo sobre la denominación de Cataluña como nación en el proyecto aprobado en el Parlamento catalán, en el que se sucedieron los abucheos en los escaños de los populares y los aplausos de respuesta en los del PSOE. García-Escudero señaló que el término "comunidad nacional", barajado por algunos socialistas para denominar a Cataluña, recuerda conceptos del nacionalsocialismo, del fascismo y del Chile de Pinochet.

Zapatero reaccionó al ataque de García-Escudero con otra respuesta-sorpresa, al leer una declaración reciente del presidente del PP en Cataluña, Josep Piqué, según la cual "Cataluña tiene rasgos característicos de nación desde un punto de vista cultural, de percepción propia, de historia, pero también lo es España desde esta perspectiva y, probablemente, con rasgos muy fuertes".

Ataque en tromba

Ya por la tarde, en el Congreso, Zapatero utilizó una finta parlamentaria al responder a Rajoy. Éste le había preguntado si estaba dando respuesta a los problemas reales de los españoles, pero nada más iniciar su intervención se lanzó en tromba sobre Zapatero a costa del Estatuto.

Zapatero dribló la acometida, dijo sentirse sorprendido porque Rajoy se estaba refiriendo al Estatuto cuando lo que se anunciaba era una pregunta sobre problemas ciudadanos, y enumeró logros del Gobierno referidos al empleo, pensiones, salario interprofesional y otros. Y espetó al líder de la oposición: "Siga por esa pendiente de exageración, del anuncio de la catástrofe y del alarmismo. Les va a pasar como en otras ocasiones".

Rajoy continuó con el ataque en tono muy personal: "Su frivolidad empieza a ser inaudita. No le pido a usted", le dijo a Zapatero, "ni conocimiento, ni ideas, ni patriotismo, porque yo no pido cosas imposibles", y le acusó de utilizar a Pasqual Maragall, presidente de la Generalitat, como "chivo expiatorio", pero "usted es el responsable", con lo que hacía explícita, una vez más, la línea de actuación del PP en este asunto: señalar a Zapatero como promotor de la situación. "Se comporta usted como un irresponsable. ¡Menudo nivel! No hay derecho a lo que está haciendo a los españoles", remató.

El secretario general del PP, Ángel Acebes, recogió el testigo de Rajoy con la siguiente pregunta, esta vez para la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y remachó el mismo clavo afirmando que el Estatuto de Cataluña no era un problema para los ciudadanos "hasta que llegó el señor Zapatero, que lo convirtió en el primer problema de todos los españoles".

Fernández de la Vega negó que el proyecto suponga una reforma constitucional y Acebes citó a miembros del Gobierno, empresarios y sindicatos que sí lo han tachado de inconstitucional.

"El espectáculo, para el PP"

La vicepresidenta acusó al PP de querer "crear confusión, generar inquietud, alimentar el miedo y pescar en río revuelto". "Ésta es una reforma estatutaria; lo demás son inventos e intentos de cambiar las reglas de juego", añadió.

En un ambiente crispado, la vicepresidenta respondió al griterío del PP: "Pueden protestar, patalear, reírse e insultar. El espectáculo se lo dejamos a ustedes".

El portavoz parlamentario del primer partido de la oposición, Eduardo Zaplana, se sumó a la táctica de cerco: "La preocupación legítima de los ciudadanos viene de un presidente que dice que aprobará la reforma del Estatuto en los términos que sea remitida; que posteriormente se convierte en promotor de la reforma, y que después dice que lo va a arreglar, pero lógicamente no puede decir cómo, porque, entre otras cosas, no tiene arreglo". La vicepresidenta instó al PP que trabaje "por el acuerdo y no por la ruptura".

Por la mañana, en el Senado, García Escudero había emplazado a Zapatero a aceptar la propuesta de Rajoy para "proceder a una reforma ordenada de los estatutos de autonomía", pues "usted ha alentado un problema sin ningún tipo de demanda social y a espaldas de la sociedad catalana".

Zapatero respondió que "el PP siempre se ha opuesto a las reformas que suponen progreso para España", y recordó el frontal rechazo de los populares a la ley de matrimonios homosexuales. "El PP se ha caracterizado por su inmovilismo. No ha sabido ver nunca las reformas que España sabe y puede hacer, como ahora con el Estatuto de Cataluña".

En respuesta al senador Carles Bonet (ERC), Zapatero avanzó que el PSOE modificará el modelo de financiación recogido en el Estatuto de Cataluña. Y al contestar al diputado Francisco Rodríguez (BNG) fijó tres criterios válidos para Cataluña y las demás comunidades: suficiencia financiera, delimitación de los espacios fiscales y solidaridad y cohesión.