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Bordería dice que Farnós "mintió y ocultó" el contagio de hepatitis C

El médico de Telefónica que destapó el caso tacha al ex consejero de "incapaz" ante la crisis

Casi ocho años después de que estallara el contagio masivo del virus de la hepatitis C (VHC) a 276 pacientes en cuatro hospitales valencianos, por lo que se juzga al anestesista Juan Maeso, el doctor Ramón Enrique Bordería, hoy consultor de medicina del trabajo, afirma a EL PAÍS tras haber declarado ante el tribunal que Joaquín Farnós, ex consejero de Sanidad, "mintió y ocultó el brote por pura incapacidad para gestionar esa crisis".

Ramón Enrique Bordería destapó un auténtico drama sin adivinar siquiera sus dimensiones. "No sé si fue excesivo celo en mi trabajo, me preocupaba mi gente y quise saber qué estaba pasando y por qué", afirma el que fuera médico supervisor de la Entidad Colaboradora Telefónica, unos servicios médicos propios que como beneficio social a los empleados agilizaban la prestación médica como si fuera la propia Seguridad Social pero con mayor comodidad y sin listas de espera.

Bordería, que ya dejó entrever ese mensaje en su comparecencia como testigo ante el tribunal de la sección segunda de la Audiencia de Valencia y que no quiere responder a preguntas respecto del único procesado por el contagio, el doctor Maeso, señala a Farnós como responsable de un linchamiento "indiscriminado" e "injusto" a una decena de profesionales de la medicina. Entre ellos, el propio Bordería, al que Farnós no sólo abrió un expediente sancionador por no informar oportunamente de los contagios de hepatitis C, extremo que niega el afectado, sino que a pesar de las propuestas de archivo de ese expediente, que reiteradamente hiciera el instructor, el ex consejero pretendió por tres veces, ejerciendo su poder político, que se le sancionara. "El consejero Farnós me causó un daño moral impresionante, no sólo por mi carrera profesional, que también, sino sobre todo porque llevaba muchos años gestionando ese servicio personalizado para los empleados de Telefónica en Valencia, incluso mantenía una estrecha relación personal con muchos de los pacientes. El día que Farnós hizo públicos los expedientes, sin notificarlo previamente a los interesados, y me incluyó en su lista negra la gente con la que había trabajado, con auténtico pavor, me preguntaba por qué permitido esa condena, qué había hecho con ellos y con sus hijos", asegura Bordería.

Bordería, pocos días después de conocer su expediente sancionador, que finalmente y un año después de que se abriera fue archivado sin sanción alguna, registró en la dirección general de Salud Pública que estaba a cargo de Francisco Bueno, el 27 de abril de 1998, una cronología de los hechos para exculpar la acusación de haber escondido el contagio, del famoso "pacto de silencio" de que habló el político.

El 23 de enero comunicó a la Casa de Salud su preocupación por cuatro contagios de VHC en cuatro empleados de Telefónica supuestamente detectados después de haber pasado por los quirófanos de esa clínica privada. A partir de ahí su presión, según consta en ese escrito, obligó a la Casa de Salud a acelerar la investigación. Y forma privada, según afirma Bordería, mantuvo un encuentro, del que hay un testigo, con Francisco Bueno a finales de enero o primeros de febrero sobre sus sospechas.

El 16 de marzo Telefónica interpone una denuncia ante el Juzgado de Guardia. El 24 de marzo Bordería lee en los periódicos que Maeso podría ser fuente del contagio, tres días después envía a Bueno por escrito los resultados acumulados por sus pesquisas. Bueno responde, dice Bordería en su escrito, que necesita una descripción del estudio epidemiológico del personal sometido a riesgo, relación de personas con serología positiva y documentación correspondiente. El 31 de marzo Bordería da respuesta por escrito, aunque anteriormente le ha trasladado a Bueno las dificultades de obtener ciertos datos de la Casa de Salud.

El 6 de abril Bordería comparece ante la Unidad de Evaluación de la Sanidad y Calidad Asistencial (UESCA) y por segunda vez el 22 de abril. "El 24 de abril me desayuno con que Sanidad, según dicen los periódicos, me ha abierto expediente por ocultar lo que yo conocía del brote y ser partícipe de un pacto de silencio. Es una broma de muy mal gusto. Investigué, lo hice, sin alarma social, recogiendo datos fehacientes y con cautela. Y Farnós, cuya incapacidad le impidió saber qué hacer ante un problema de tal magnitud, buscó otros culpables, entre ellos dos, para exculpar su responsabilidad", afirma Bordería. Ahora, el que fuera médico supervisor de Telefónica dice que "Justicia pondrá los cosas en su sitio, pero es importante saber que hubo quien no fue actuó con responsabilidad y puso en marcha un deplorable ventilador para implicar y dañar a gente como yo, que hicimos nuestro trabajo".

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