Cine en la Red

La Red se está llenando de cine. Un ejemplo: Javier Fesser ha vuelto a convocar el festival internacional de cortos (www.notodofilmfest.com), página en la que ya se han colgado las obras de algunos de los componentes del jurado: dos cortos del propio Fesser, Untitled y La cabina, este último en dos versiones de diferente longitud (o cortitud), y otro, Míster zoom, de Nacho Vigalondo, el autor del corto 7:35 de la mañana, candidato al Oscar el año pasado; están pendientes otros varios, entre ellos el de Álex de la Iglesia, que se espera con fruición. Por otro lado, esta misma semana Ingenio 400 ha fallado los premios para cortos, videoarte y net-art relacionados con el Quijote, que fueron convocados por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, y que pueden verse en www.ingenio400.com. El jurado (Basilio M. Patino y Sergio Cabrera, entre otros) señaló que aunque la calidad media de lo visto no había sido de gran interés, había optado sensatamente por repartir los premios en metálico antes que declararlos desiertos: mejor animar a los jóvenes autores que desalentarlos.

También en esta convocatoria, aunque fuera de concurso, presentó Javier Fesser un corto: Cero siete, sobre la necesidad de ayuda económica por parte de los países africanos: "¿0,7? Mejor, el 50%", proclama. El material utilizado para esta obrita parte del rodado para su trabajo anterior, Binta y la gran idea, incluido en el largometraje colectivo En el mundo a cada rato (que lamentablemente pasó con excesiva discreción por las pantallas españolas). El lector interesado en esta modalidad de cine por la Red podrá encontrar numerosas direcciones a partir de cualquier buscador. Merece la pena: entre la maraña surge esporádicamente la calidad.

Mientras se siguen oyendo gritos alarmantes sobre el cine español éste no deja de crecer o, al menos, no cesa el aumento de candidatos (y candidatas) dispuestos a lanzarse al ruedo con sus largos. Esta semana volvían a aparecer estudios sobre la escasa rentabilidad de las películas nacionales en su propio territorio, como si ello no fuera común a otras cinematografías, incluido el cine norteamericano: "Nueve de cada diez películas americanas no pueden recuperar sus gastos exclusivamente con el mercado interno. Es tan sólo gracias a los ingresos en el exterior que Hollywood puede rodar filmes de un elevado nivel artístico y con una notable calidad técnica", escribió Thomas Guback en su ya clásico libro La industria internacional del cine.

Volviendo a Javier Fesser, hay que señalar que no limita su actividad al cine, sea éste La gran aventura de Mortadelo y Filemón, su experiencia por la Red, o esas otras películas de contenido social. Ahora, descubierto como escritor, nos cuenta sus avatares en el Valle de los Caídos, en cuya hospedería se alojó durante tres jornadas, rodeado de frailes, con el objetivo de escribir apaciblemente un guión de cine. La novelita, Tres días en el valle, es delirante y muy, muy divertida. Este hombre es imparable.