La insurgencia recrudece sus ataques en vísperas del referéndum en Irak
Dos atentados suicidas causan al menos 40 muertos en Bagdad y en el noroeste del país
Al menos 40 iraquíes murieron ayer y varias decenas más resultaron heridos en varios ataques de la insurgencia en Tal Afar y Bagdad. El más mortífero de todos se produjo en Tal Afar, al noroeste de Irak, cuando un suicida estrelló su coche contra el mercado central. Además de causar 30 muertos y 45 heridos, este atentado es un desafío a EE UU, cuyo Ejército realizó el mes pasado una operación de limpieza contra los rebeldes en esa localidad para asegurarse su control antes del referéndum constitucional del próximo sábado.
El lugar y la hora elegidos, un mercado a las once de la mañana, parecen un claro mensaje para desanimar a los votantes. El jefe de la policía local, general Najim Abdalá, confirmó que no había militares en los alrededores. Tal Afar, en la provincia de Nínive, se encuentra cerca de la frontera con Siria, una zona en la que los insurgentes se han mostrado muy activos desde que el Ejército norteamericano les desalojara de sus feudos de Faluya y Ramadi, y que según los militares sirve de puerta de entrada a los combatientes extranjeros.
Poco después, otro conductor suicida se lanzó contra un convoy militar iraquí en el barrio de Ameriya de Bagdad, causando la muerte de ocho guardias nacionales y un civil e hiriendo a otros 12 uniformados. No fue el único atentado que se produjo en la capital. Un segundo conductor suicida, tres bombas camufladas en la carretera y cuatro tiroteos dejaron otros 5 muertos y 15 heridos, según el recuento de las agencias de noticias. Al menos 384 han perdido la vida a manos de los insurgentes en las últimas dos semanas. Además, dos soldados de EE UU murieron en Ramadi. Los analistas vinculan este aumento de los ataques a la proximidad del referéndum.
"Es lo que ha venido sucediendo cada vez que se ha acercado una fecha clave en el calendario político diseñado por Estados Unidos", declara una fuente diplomática tras recordar que hubo un recrudecimiento similar en vísperas de las legislativas de enero o de la transferencia de soberanía en junio del año pasado. Algunos observadores empiezan a notar que esta dinámica contradice la teoría de la Casa Blanca de que a medida que avanzara el proceso político se acallaría la violencia y sus tropas podrían retirarse.
"El proceso constitucional ha profundizado las diferencias", reflexiona Joost Hilterman, representante en Ammán del International Crisis Group (ICG). Esta organización sin ánimo de lucro que trabaja por la resolución de conflictos ha publicado un duro informe en el que concluye que "la Constitución muy probablemente va a avivar más que apagar la insurgencia". El problema, según Hilterman, es que no se ha alcanzado un consenso basado en el compromiso de todos los grupos étnicos y religiosos, cuyas diferencias se han exacerbado a raíz del cambio de régimen.
En minoría frente a árabes chiíes y kurdos, los árabes suníes, de cuyas filas se alimenta el grueso de la insurgencia, no han logrado impedir que el proyecto de Constitución consagre la estructura federal del Estado, diluya su identidad árabe y estigmatice a los antiguos baazistas sólo por el hecho de haberlo sido. Sintiéndose perdedores han optado por rechazar el documento.
Sin embargo, un acuerdo de última hora parecía haber acercado posiciones: los principales partidos chiíes y kurdos anunciaron en Bagdad que aceptarán cambios en la Constitución tras las elecciones de diciembre, en un intento por embarcar a los suníes en el proceso, ya que parte de sus reclamaciones serían recogidas en esas enmiendas.
La respuesta de la principal formación política suní, el Partido Islámico Iraquí, se produjo poco después cuando su portavoz, Ayad Samarai, anunció que pedirán a sus militantes que cambien su voto y digan sí a la Constitución. Pero, precisó, el cambio no se hará oficial hasta que el presidente iraquí, Yalal Talabani, anuncie el acuerdo, algo que seguramente ocurra hoy. Otras formaciones suníes han mantenido el voto negativo.
El pacto, según declararon a la agencia France Presse fuentes del partido Dawa, al que pertenece el primer ministro, se logró con la mediación del embajador de EE UU, Zalmay Khalizad.
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