La Generalitat acusa de deslealtad al gobernador del Banco de España

Todos a una, el Gobierno de la Generalitat y los cuatro partidos que apoyan el nuevo Estatuto catalán rechazaron ayer las críticas formuladas el lunes al proyecto por el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, y le acusaron de presentar una visión "deformada" del texto. El primer consejero del Gobierno catalán, Josep Bargalló, presentó la toma de posición de Caruana como un caso de falta de "lealtad institucional".

En las palabras de Caruana "ha podido más la visión del partido que lo nombró

que la lealtad institucional", dijo Bargalló en la conferencia de prensa celebrada tras la reunión del Gobierno catalán. Bargalló agregó que entre las funciones y competencias del gobernador del Banco de España "no figura la de adoctrinar sobre los proyectos de ley que aprueban las cámaras legislativas".

En esta comparecencia, el portavoz del Gobierno, el socialista Joaquim Nadal, destacó que la economía catalana crece "un poco por encima de la media española", por lo que en su opinión "no hay nada que temer".

Caruana expresó el lunes ante la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados su "especial preocupación" por las propuestas del texto de reforma del Estatuto catalán, que a su juicio suponen "una fragmentación" de las competencias sobre regulación y supervisión de las entidades de crédito. También afirmó que el sistema de financiación que propone el proyecto podría afectar a la "cohesión interna" y a la capacidad de las políticas públicas para mantener "la integración del mercado" y la eficiencia de la economía.

Los temores de Caruana, que coinciden con los expresados por las patronales de cajas de ahorros y aseguradoras, fueron replicados también por el presidente del Colegio de Economistas de Cataluña, Jordi Conejos. Éste recordó que la Ley de Cajas de Ahorros catalana es de las menos intervencionistas de las que existen en España, y destacó que el nuevo Estatuto no prevé ampliar la tutela "que ha funcionado más que bien" durante muchos años.

El líder del primer grupo de la oposición en el Parlamento catalán, el de Convergència i Unió (CiU), Artur Mas, afirmó que la toma de posición del gobernador del Banco de España fue "impropia" del cargo que ocupa, que según señaló le obliga a mantenerse al margen en los debates políticos, además de "injusta" y "provocadora".

Actuaciones como ésta, dijo Mas, "son inadmisibles" y dañan la confianza en la dirección de instituciones que la necesitan. "Afortunadamente la política económica y monetaria y los tipos de interés ya no las decide el Banco de España, sino el Banco Central Europeo", concluyó.

El socialista Miquel Iceta y el republicano Joan Ridao se alegraron de que a Caruana le queden pocos meses en este cargo. Iceta señaló que los socialistas no temen la emisión de opiniones sobre el Estatuto, "sino las intoxicaciones, las deformaciones y mentiras", que se difunden a veces con la apariencia de seriedad.

Final de mandato

Iceta atribuyó las palabras de Caruana a que se halla al final de su mandato y "tal vez está pensando en conducir su trayectoria profesional al derrotero del derecho constitucional". El republicano Joan Ridao acusó a Caruana de "engañar y mentir" desde una tribuna pública, y le reclamó que actúe "con la máxima neutralidad" hasta el final de su mandato. El diputado de ERC exigió también al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que "haga callar" a los altos cargos del Estado, como Caruana y el Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, que se han lanzado a criticar el proyecto catalán.

El portavoz del grupo parlamentario de Iniciativa Verds, Joan Boada, acusó a Caruana, a Múgica, y al presidente de la Federación Española de Municipios, Francisco Vázquez, de haber unido sus voces a las de los sectores "reaccionarios y cavernícolas" que se han movilizado contra la reforma del Estatuto catalán.

El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, también recriminó a Caruana y al Defensor del Pueblo que actúen, dijo, "como la quinta columna del PP".