Conservadora, protestante y del Este
La doctora en Física de 51 años Angela Merkel, mujer, procedente de la difunta República Democrática Alemana, protestante, divorciada y que algunos años antes de contraer segundas nupcias vivió en una relación que en alemán se denomina matrimonio salvaje o amancebada con un catedrático divorciado y con dos hijos parece haber llegado a su meta: canciller de la República Federal de Alemania. En sólo 15 años de vida política Merkel ha sido capaz de saltar todas estas vallas en un partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), dominado por hombres y controlado casi siempre por católicos del sur y el oeste de Alemania, en el que la condición de divorciado era hasta hace poco un obstáculo insalvable para una carrera política.
Nació Merkel en Hamburgo, pero vivió desde los primeros meses 35 años de su vida en la otra Alemania, la del otro lado del muro y las alambradas. Su padre, pastor protestante, fue a la RDA a difundir la palabra de Dios en un Estado comunista y ateo. Esto impuso a Merkel desde niña la necesidad de una doble vida: la de la casa y la de la escuela y la calle en un país donde la Seguridad del Estado, la temida Stasi controlaba hasta los detalles más íntimos de sus súbditos. De ahí procede, según algunos biógrafos, uno de sus rasgos de carácter más acusados, la desconfianza.
No fue Merkel una luchadora contra la dictadura prusiano-estalinista de la RDA, ni siquiera una disidente en los grupos comprometidos en la lucha por los derechos humanos. De joven incluso ingresó en las juventudes de la RDA, una cantera del partido comunista. Nació a la política con 35 años cuando la reunificación de Alemania. Tras examinar diversas posibilidades ingresó en la CDU donde realizó una carrera meteórica: de protegida del patriarca democristiano y conocida como la chica de Helmut Kohl a primera mujer secretaria general y presidenta de la CDU y ahora futura canciller. Kohl la designó en 1990 ministra de la Mujer y en 1994 de Medio Ambiente. Merkel reunía la condición de mujer y del Este y satisfacía de un solo golpe en su persona la cantidad de cuota necesaria.
Se puede afirmar con precisión que Merkel supo siempre estar en el sitio y el momento adecuados. Su ascenso se explica en buena parte por haber sido infravalorada por sus competidores en las filas de la CDU/CSU. En la irresistible ascensión a la cumbre Merkel ha dejado el camino sembrado de cadáveres políticos. La lista es larga y de envergadura: el propio Kohl que la hizo ministra; su sucesor Wolfgang Schäuble que la escogió para secretaria general de la CDU; el jefe del partido hermano y primer ministro de Baviera Edmund Stoiber (CSU) que perdió las elecciones el año 2002; el jefe del grupo parlamentario de los democristianos Friedrich Merz al que desalojó del cargo; el experto en cuestiones de Sanidad Horst Seehofer opuesto a sus planes de reforma de la sanidad; el secretario general Laurenz Meyer por un quítame allá esos cobros indebidos.
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