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LOS PROBLEMAS DE LOS INMIGRANTES

Malestar en el país magrebí por la actitud de España y la UE

La buena relación política establecida entre los gobiernos de Rabat y Madrid ha evitado, probablemente, que estalle una crisis entre ambos países como la que duró 15 meses durante la segunda legislatura del PP. Ministros, altos cargos y dirigentes de partidos marroquíes no se privan, sin embargo, de criticar en privado a España y a la Unión Europea por su actitud tras las avalanchas de inmigrantes en Ceuta y Melilla.

En público, los marroquíes han formulado pocos reproches y siempre han sido genéricos. "Europa no nos ayuda", se lamentaba, el pasado domingo en una declaración a France Presse Taieb Fassi-Fihri, ministro adjunto de Asuntos Exteriores. "40 millones de euros no son suficientes", se quejaba el embajador ante la UE, Menuar Alem, refiriéndose a la ayuda prometida para que Marruecos mejore el control de sus fronteras.

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La gota de agua que colmó el vaso de la paciencia marroquí fueron las instrucciones dadas el pasado sábado por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, y a la secretaria de Estado de Cooperación, Leire Pajín, para que intentasen aliviar la tragedia humanitaria que padecían cientos de subsaharianos deportados a una zona del desierto fronteriza con Argelia.

"Nadie muere de hambre"

"Es una afrenta", comentó un alto cargo. "En Marruecos nadie se muere de hambre y no necesitamos ayuda humanitaria", recalca. "Se necesitan otras cosas, como una mayor rapidez en las entregas de los fondos apalabrados hace años para reforzar el control de nuestras fronteras", concluye.

"Los españoles, los europeos, no saben lo que quieren", afirma otro responsable que pide permanecer en el anonimato. "Por un lado, sus políticos, sus medios de comunicación nos presionan para que resolvamos el problema sin dilación y como sea pero, por otro, vierten lágrimas de cocodrilo cuando ven en televisión a inmigrantes deambulando porque temen que no se les trate con dignidad. ¡Aclárense!", afirma indignado.

"Algunas ONG que operan en Marruecos, y que reciben fondos públicos españoles o europeos, están dedicadas en cuerpo y alma a atender a los clandestinos", señala un dirigente político. "Con su labor, a espaldas de las autoridades marroquíes, hacen más llevadera la estancia del inmigrante, que no desiste de intentar saltar la verja o de embarcarse en una patera", lamenta.

Otros altos cargos se quejan también de que "la UE no ejerza ninguna presión sobre Argelia, país de tránsito" de muchos subsaharianos.

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