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LOS PROBLEMAS DE LOS INMIGRANTES

Las autoridades marroquíes trasladan a los inmigrantes al Sáhara Occidental

Dos caravanas con cerca de 40 autobuses se dirigían ayer con más de 1.000 subsaharianos a bordo hacia una zona próxima a la frontera con Mauritania

Las autoridades marroquíes condujeron ayer hasta la antigua colonia española del Sáhara Occidental a un millar de subsaharianos apresados cerca de Ceuta y Melilla. Los inmigrantes viajaban en una caravana de unos 40 autobuses -entre cinco y 10 que salieron de Tetuán y 32 que salieron de Bouarfa-, cada uno de los cuales transportaba a unos 40 subsaharianos, según las ONG que siguieron al convoy. La mayoría de los autocares se dirigieron hacia Smara, ciudad a 300 kilómetros al este de El Aaiún, muy cerca del muro minado que separa el territorio ocupado por Marruecos de la zona controlada por el Frente Polisario. El resto continuó hacia Dajla, la Villa Cisneros de la época colonial española, situada 700 kilómetros al sur, cerca de la frontera con Mauritania. Allí llegaron anoche en dos autobuses unos 70 inmigrantes, que fueron instalados en un antiguo cuartel militar español. Entre ellos había varias mujeres embarazadas y niños.

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El delegado del Frente Polisario en España, Brahim Gali, declaró ayer a este periódico desde los campamentos de refugiados de Tinduf, en la frontera de Argelia con el Sáhara Occidental, que la organización independentista estaba al tanto del transporte de los inmigrantes hacia un territorio que denominó "zona de guerra": "Hago un llamamiento a la Minurso (misión de Naciones Unidas desplegada en el Sáhara) para que asuma sus responsabilidades. Debe evitar que Marruecos empuje a los inmigrantes hacia una zona sembrada de miles de minas. Gali añadió que si las autoridades de Rabat llevan adelante sus planes, el conflicto del Sáhara se agravará". El Sáhara Occidental permanece ocupado por Marruecos desde 1976, año en el que España abandonó el territorio. Esa ocupación no ha sido reconocida por la comunidad internacional.

Un equipo de Médicos sin fronteras recorrió ayer la carretera que discurre entre Bouarfa y Agadir para tratar de prestar asistencia a los inmigrantes expulsados al sur. Pero a media tarde no habían conseguido encontrar ninguna de las expediciones. El primer consejero de la embajada de Guinea Conakry aseguró que ciudadanos de su país con los que habló le habían confirmado que se encontraban dispersos entre la frontera con Argelia, al este, y la mauritana, al sur.

La asociación AFVIC (asociación de familias y víctimas de la inmigración clandestina) aseguró que parte de los sin papeles estaban siendo reagrupados en un campamento militar en Guelmine, a 150 kilómetros al sur de Agadir.

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Mike Friday, un nigeriano de 25 años que viajaba en un grupo de dos autobuses con 70 personas, 10 de ellas niños, relató a través de un teléfono móvil su dramático camino hacia el sur y el desierto en las últimas 48 horas, informa Carlos E. Cué desde Melilla. Prácticamente no han hecho paradas y no les dejan salir del autobús ni les quitan las esposas. Cada llamada suena más angustiosa porque los militares marroquíes, asegura, se niegan a darles comida y sólo les ofrecen un poco de agua. "No quiero morir, soy demasiado joven, no quiero volver a mi país, pero prefiero eso a la muerte en el desierto, dígaselo", clamaba.

Friday, que estaba en Tánger cuando lo detuvieron, va detallando los pueblos por los que pasa o los carteles con indicaciones que divisa desde el autobús para que los periodistas puedan localizar a la comitiva, en la que hay dos autobuses y algunos vehículos militares, y presionar así a los marroquíes. Anoche les pararon en un paraje inhóspito en medio del desierto que él creía cercano a Dajla. "Nos llevan a Mauritania, nos van a abandonar otra vez. Ruego a Dios para que alguien nos ayude. Acabamos de pasar un gran tanque de agua. Dígales que paren, no podemos más, hay un niño inconsciente, hagan algo", exhortaba el nigeriano mientras los llantos de los niños se hacían más intensos a cada una de las llamadas. A última hora, las ONG informaron a este periódico que todos los autobuses salvo dos iban a Smara.

Esos dos vehículos llegaron anoche a dos kilómetros de Dajla, donde los cerca de 70 inmigrantes que viajaban a bordo fueron instalados en un antiguo cuartel militar español. Según las ONG que siguieron la expedición, entre los sin papeles había varias mujeres embarazadas y niños pequeños. Uno de los militares que vigilaba la puerta, aseguró que les habían dado comida y agua, y que estaban atendidos por médicos, pero se negó a dar ninguna información sobre su futuro. Uno de los médicos que les atendió indicó que a los menores se les había dado leche en polvo.

Un grupo de refugiados subsaharianos instalados en un polideportivo de Oujda, a la espera de ser repatriados.
Un grupo de refugiados subsaharianos instalados en un polideportivo de Oujda, a la espera de ser repatriados.

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