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Parmalat regresa a Bolsa dos años después de la quiebra

Los bancos aprovechan para hacer líquidos los préstamos que cobraron en acciones

Enric González

Parmalat volvió ayer a cotizar en la Bolsa italiana, casi dos años después de protagonizar la mayor quiebra fraudulenta de la historia europea. Las acciones regresaron al mercado al precio de 3,15 euros, y tras un gran número de compraventas, que afectaron a más del 10% del capital, cerraron a 3,03 euros. El administrador Enrico Bondi, que negoció con los acreedores y dirigió el proceso de saneamiento, afirmó que el retorno de Parmalat constituía "un éxito para toda Italia".

La multinacional italiana Parmalat regresó ayer al parqué de Milán dos años después de que fuera suspendida del mercado cuando se descubrió un agujero contable de cerca de 13.000 millones de euros. El volumen de negocio fue muy alto porque los bancos, que habían "cobrado" en acciones (con una valoración media de 12 céntimos por euro) los créditos concedidos a los anteriores gestores, querían liquidar y recuperar en metálico una parte de lo perdido. Más de 210 millones de acciones pasaron de mano en mano, y otros 10 paquetes, por un total de 1,6 millones de acciones, fueron vendidos al margen de la Bolsa a precios ligeramente inferiores a los tres euros por unidad.

Al deseo de varios bancos de vender y olvidarse de Parmalat se unió la especulación ante los rumores de compra por parte de la gran cooperativa alimentaria Granarolo. El Gobierno italiano y el propio Bondi ven con buenos ojos una posible OPA de Granarolo, que permitiría aglutinar casi todo el sector lácteo en una sola empresa y reducir los costes de recogida y distribución en un sector de márgenes cada vez más estrechos.

El ministro de Agricultura italiano, Gianni Alemanno, declaró que el reflotamiento de Parmalat ponía fin a "una crisis catastrófica que pesó mucho sobre la imagen internacional del país" e hizo un guiño favorable a la opción de integrar la sociedad de Parma en Granarolo, con sede central en Bolonia: "Ahora hay que conseguir, sin vulnerar las reglas del mercado, que Parmalat siga siendo italiana", dijo. Dos sociedades lácteas francesas mostraron también interés hacia Parmalat en los últimos días.

Parmalat facturó durante el primer semestre de este año 1.847 millones de euros, con un margen operativo de 141 millones y una deuda bruta (una vez cancelados los 13.000 millones de pasivo heredados de la anterior gestión) de 997 millones de euros. El capítulo del saneamiento económico parece cerrado. Permanece abierta, sin embargo, una complicada madeja de procesos judiciales: por un lado, el juicio a Calisto Tanzi, antiguo propietario, y a varios de sus familiares y colaboradores, iniciado la semana pasada y suspendido hasta diciembre; por otro, las querellas planteadas por el administrador Enrico Bondi contra diversas entidades bancarias, a las que acusa de haber aprovechado la situación crítica de la antigua Parmalat para imponer condiciones abusivas en la concesión de préstamos y de haber favorecido la evasión fiscal y el fraude de la familia Tanzi.

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