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Crítica:CRÍTICAS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Empacho de amistades

Javier Ocaña

En Aterriza como puedas, una de las mejores parodias de la historia del cine, el entonces baloncestista de Los Ángeles Lakers Kareem Abdul-Jabbar tenía una desternillante aparición como copiloto de la aeronave. Quizá no todo el mundo sabía quién era y a qué se dedicaba, pero los guionistas decidieron que en el momento de su muerte fuera vestido con pantalón corto, deportivas y las medias del equipo, obviando las características del personaje que interpretaba. Era el único (y fantástico) cameo de la película, es decir, la intervención de alguien extraño al mundo de la interpretación que puede llegar a inspirar gracia por motivos ajenos a la historia en sí.

Santiago Segura, creador de Torrente, ha basado la tercera entrega de su triunfador personaje en la pura y dura acumulación de cameos. Así que no resulta extraño que, para explicar las razones de por qué la película no había sido mostrada a la prensa antes de su estreno (el pasado viernes), el autor acudiese al hecho (entre otros cuantos) de que los críticos podíamos romper la sorpresa de las apariciones especiales si descubríamos la identidad de los invitados. Porque ahí reside la única (y muy discutible) base de Torrente 3: El protector, en un metalenguaje para más o menos entendidos que le lleva a jugar, entre otras cosas, con una facilona parodia del entrenamiento de Rocky (con la inconfundible fanfarria musical de Bill Conti), numerosos guiños a las primeras entregas ("¿Nos hacemos unas pajillas?"; "¡Lávate las manos antes de mear!") e innumerables presencias de famosos (alrededor del medio centenar, o sea, uno cada dos minutos) que desequilibran totalmente un producto carente de gracia intrínseca.

TORRENTE 3: EL PROTECTOR

Dirección: Santiago Segura. Intérpretes: Santiago Segura, José Mota, Javier Gutiérrez, Yvonne Sciò. Género: comedia. España, 2005. Duración: 98 minutos.

El espectacular prólogo (algunos, no un servidor, dirán que en el límite de lo ético) da paso a unos preciosos títulos de crédito inspirados en James Bond (aquí nada es original: o se basa en otros, o en la propia saga) y a un punto de partida prometedor: los servicios secretos no tienen ningún interés en proteger a una eurodiputada italiana y encargan el trabajo al inútil de Torrente. Sin embargo, el empeño en provocar la carcajada con la mera presencia de futbolistas, directores de cine, humoristas (buenos y de tres al cuarto), payasos, estrellas de la televisión de hace mil años y hasta críticos de cine da al traste con las posibilidades de una película que, olvidadas ya las virtudes de la primera entrega tras la astracanada que supuso la segunda, se convierte por deméritos propios en la peor de la saga, pues contiene lo peor de cada una: zafiedad, cameos y altas dosis de carne femenina.

Sin un hilo conductor claro, los gags se suceden con un nivel ínfimo. Hay secuencias de vergüenza ajena (la de los ninjas; el sueño de la cabaña en el bosque); obvias (¿alguien dudaba de quién sería el encargado del cameo en el sueño catalán?) o directamente desaprovechadas (la primera violación a la yonqui podía ser patética, pero su repetición delata que Segura le tiene más cariño del debido a la presunta comicidad de su personaje). Más allá de que el guión esté guiado por el humor grueso y cuartelero, el director Segura tampoco sale bien parado a pesar de sus cacareadas secuencias de acción. Así, cuando en la secuencia final tiene que otorgar ritmo, además de gracia, al tiroteo en la macrocena, da la impresión de sentirse perdido ante tantos extras y puntos de vista.

Producto muy de su tiempo, como en su día lo fueron el landismo, el destape o las cintas de gasolinera de Arévalo, Torrente 3: El protector arrasará en taquilla, pero el buen cine no se intuye ni por el forro.

Un fotograma de <i>Torrente 3: El protector. </i>
Un fotograma de Torrente 3: El protector.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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