Desacuerdo

Soy profesor de euskera. El día 26 de septiembre leí en este periódico un artículo de Aurelio Arteta titulado Cooficiales porque sí y escribo esta carta para mostrar mi total desacuerdo con el contenido del mismo. Por falta de espacio, resumiré en dos puntos las razones de mi disconformidad.

En primer lugar, considero que el artículo está escrito desde una posición dominante; es decir, como hablante de un idioma, el castellano, que goza de una muy buena salud en todos los sentidos y que es hablado por un gran número de personas, constituyéndose así como uno de los idiomas con mayor número de hablantes del mundo. Desde esa atalaya es más comprensible (que no permisible) el tono displicente con el que se refiere a las lenguas minorizadas.

En segundo lugar, valora los idiomas desde una perspectiva puramente utilitaria (como mero vehículo de comunicación) y cuantitativa (número de hablantes). Podríamos comparar, siguiendo esa lógica, el valor que concede a los idiomas (y a su oficialidad) con el número de usuarios de un transporte público. De ahí, al igual que puede defenderse la supresión de un servicio público por no ser rentable al tener pocos usuarios, pretende justificar el señor Arteta la no-inversión en políticas lingüísticas por el escaso número de hablantes que cuenten dichos idiomas. Precisamente, esa escasez de hablantes sería la que demandaría y justificaría unas políticas lingüísticas más potentes. Para esta perspectiva más cualitativa de un idioma le sugiero que lea autores de reconocido prestigio, como el profesor Héraud.

Dejo por falta de espacio la reflexión en torno a otras ideas y afirmaciones vertidas (las políticas lingüísticas como "instrumento privilegiado de penetración de tesis etnicistas, palanca potente de sus descabelladas exigencias... de la ruptura de y con España...") que no se sostienen más que como fruto de miedos sin ninguna base sólida y posicionamientos previos antagonistas con todo lo que tiene algún viso de "diferente".