Una vía para no pagar multa
Leche negra es la que un ganadero comercializa sin declarar a la Administración para no superar su cuota de producción y evitar penalizaciones. La calidad de esta leche es igual a la que se comercializa legalmente y es una práctica que se ha desarrollado en todos los países comunitarios, no sólo en España.
Cada ganadero en el sector de vacuno de leche dispone de una cuota individual de producción que, hasta la última disposición de Agricultura de la pasada primavera, podía aumentar o reducir comprando o vendiendo cuota a otros ganaderos. Los operadores del mercado, primeros compradores o las industrias, tienen la obligación de llevar un control sobre las entregas de cada explotación. Cuando un ganadero supera su cuota, caso de seguir legalmente con las entregas, por cada kilo de leche se arriesga a sufrir una penalización comunitaria de 0,32 euros si al final de campaña su exceso de producción no se puede compensar con otros ganaderos que no han cubierto su cuota. Esa penalización es superior al precio de la leche en el mercado que oscila entre 0,28 y 0,33 euros kilo, según épocas.
La 'leche negra' es consecuencia de una cuota de producción corta para las posibilidades del sector
Para evitar penalizaciones y seguir produciendo, muchos ganaderos optaron por la venta sin control de esa parte de su producción de leche por encima de cuota de acuerdo con los primeros compradores y de muchos industriales. Esta leche negra se ha estado comercializando a unos precios muy por debajo de los del mercado, llegando hasta 0,24 euros. Pero, a pesar de ello, es un buen negocio para todas las partes. Para esos ganaderos, porque se evitan pagar la penalización de 0,32 euros/kilo. Para los primeros compradores y algunas industrias, porque logran una materia prima barata y de calidad. Por el contrario, perjudica a los ganaderos que cumplen sus cuotas en cuanto la mayor oferta presiona los precios a la baja en el mercado, así como a las industrias que no adquieran esa leche barata.
El origen de la leche negra en España se remonta al año 1993 ante la decisión de Pedro Solbes, como ministro de Agricultura, de aplicar el sistema de cuotas impuesto por Bruselas que en los años precedentes se había negado a poner en marcha el ministro Carlos Romero por considerar que la cuota asignada por la UE estaba muy por debajo de las posibilidades de producción del sector. España tiene una demanda total de productos lácteos de unos ocho millones de toneladas frente a una cuota total de 6,2 millones de toneladas. Este desajuste en el mercado se ha cubierto tanto con importaciones como con la venta de leche ilegal nacional por encima de cuota.
Desde 1993, pero muy especialmente en los últimos años, a instancias de Bruselas y de la Administración española, Agricultura ha puesto en marcha numerosos programas para evitar la comercialización de esa leche por encima de cuota, como la vigilancia de las cisternas de transporte o la visita a las explotaciones cuando la cuota de un ganadero no coincide con el número de vacas registrado.
La eliminación de esta leche sin cuota es una medida que reclaman los ganaderos que actúan en la legalidad para evitar que el exceso de oferta tire los precios. Bruselas quiere acabar con esta leche porque su comercialización implica no aplicar la penalización de 0,32 euros por kilo que no ingresan las arcas comunitarias. Para la Administración española, eliminar la leche negra es también un objetivo que se quiere lograr por una cuestión de fiscalidad en cuanto supone un fraude para Hacienda al ser unas ventas que no cotizan por IVA.Por este motivo, en la actualidad hay abiertos varios expedientes en la Audiencia Nacional donde deben declarar como imputados la empresa El Churtal y casi medio centenar de empresarios del sector lácteo.
En la actualidad, gracias al desarrollo de mayores controles, el mercado de la leche negra se ha reducido.
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