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Obras de Warhol recrean 'The factory' alrededor de su silla eléctrica

La Fundación Chirivella Soriano reúne piezas del artista y Pietro Psaier

Ferran Bono

Una antigua silla eléctrica, fabricada alrededor de 1930, fue utilizada por Andy Warhol en The factory, su famoso taller de Nueva York, como metáfora de la muerte y objeto descontextualizado, sobre el que se sentaba para ver películas de terror. Sirvió también de inspiración para una serie de obras creadas junto a su amigo Pietro Psaier, que desde ayer se exhiben en la Fundación Chirivella Soriano de Valencia, junto a la tétrica silla.

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The factory. Andy Warhol & Pietro Psaier es el título de la exposición, que reúne también conocidas serigrafías del icono del pop art, como el retrato de un joven Mick Jagger, firmado a medias por el cantante, además de óleos y collages. En total, son 32 obras distribuidas en dos plantas de la sede de la fundación privada Chirivella Soriano, un palacete gótico, rehabilitado recientemente, con notables artesonados del siglo XIV.

En la primera planta, se han instalado las obras sobre la muerte inspiradas en la silla eléctrica que prefigurarían la posterior serie de Desastres. Son serigrafías de los años sesenta firmadas por Warhol o por Psaier que denuncian la pena muerte en EE UU y preceden en el recorrido a la exhibición en la penumbra de la silla eléctrica.

Es un modelo antiguo, que recuerda a los instrumentos de tortura de la Inquisición. Warhol le vio posibilidades creativas y también como objeto de humor negro. Se la intentó comprar a Psaier, pero éste sólo accedió a alquilársela. Warhol llegó a utilizar la silla en su película Flesh for Frankenstein, de 1973. A título anecdótico, el cineasta polaco Roman Polanski y la cantante y musa Nico la usaron para freír un filete y comprobar así su funcionamiento, según relata el catálogo de la exposición.

La silla, descontextualizada, no deja de provocar desasosiego. Un panel explicativo recuerda que en el Estado de Nebraska sigue empleándose como método de ejecución, entre otras consideraciones.

A la muerte de Warhol en 1986, la silla eléctrica volvió a manos de Psaier y en 1999 se subastó en Madrid por unos 4.000 dólares, según informa Efe. Ahora pertenece a la colección privada de pop art gallega Atlántica, junto al resto de obras que se exhiben en la muestra de Valencia hasta el 9 de enero.

En la segunda planta, se exhiben las serigrafías, lienzos y collages que tienen como denominador común la representación de los iconos de la cultura popular occidental de la segunda mitad del siglo XX, principalmente del cine y la música: Marilyn Monroe, John Lennon, Prince, Jimi Hendrix, Frank Sinatra o Elvis Presley. Tampoco faltan las referencias artísticas a La Venus del espejo o el elegante autorretrato de Warhol.

En la planta baja, se ha recreado un espacio de The factory y se proyecta un vídeo (de Álex Marc y Andreu Signes) sobre el estudio, con música de la Velvet Underground.

"Los temas que Warhol tocó en sus obras continúan vigentes", comentó Alicia Soriano, responsable de la fundación, junto a su marido, Manuel Chirivella. Ambos poseen una importante colección de arte contemporáneo español. Una selección de la misma se ha exhibido antes de Warhol.

La silla eléctrica que Andy Warhol tenía en su estudio y que ahora se exhibe en Valencia.
La silla eléctrica que Andy Warhol tenía en su estudio y que ahora se exhibe en Valencia.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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