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Kirchner renueva el Supremo de Argentina

El Senado destituye al último juez del alto tribunal nombrado por Menem

Jorge Marirrodriga

Con una dura resolución y por amplia mayoría, el Senado argentino votó (en la madrugada del jueves en España) la destitución e inhabilitación de por vida del magistrado Antonio Boggiano, encontrado culpable de seis delitos de mal desempeño de sus funciones. Se trata del quinto juez del Tribunal Supremo argentino -de un total de nueve- que cesa en su cargo desde que el presidente Néstor Kirchner accedió al poder en 2003 y del último que quedaba de los nombrados por el ex mandatario Carlos Menem (1989-1999).

Peronistas, radicales y aliados de ambos encontraron al juez culpable de seis de los catorce cargos que pesaban contra él, aunque bastaba sólo uno para que Boggiano tuviera que abandonar su cargo. La actuación sancionada corresponde al rechazo de un recurso interpuesto por el Estado respecto a una deuda relacionada con la impresión de la guía de teléfonos argentina. El magistrado destituido anunció ayer que recurrirá ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos y ante el Tribunal Internacional de Justicia. "No es un capricho, es el Estado de derecho el que me permite hacerlo", dijo.

A pesar de haber votado a favor, desde la oposición se acusa al Ejecutivo de haberse deshecho de Boggiano tras utilizarlo para obtener fallos cruciales en la gestión de Kirchner. "El Gobierno pactó con Boggiano la paralización de su destitución a cambio del fallo a favor de la pesificación y de la derogación de las Leyes del Perdón y Punto Final", dijo ayer Elisa Carrió, líder de Argentinos por una República de Iguales (ARI), quien aseguró que ante la reactivación de la causa el Gobierno no tuvo más remedio que sacrificarlo. "Lo peor es que

diga que su destitución es una persecución contra la Iglesia. No debe escudarse en las instituciones", añadió. El juez acusó al Gobierno de "traición".

La destitución de Boggiano ha levantado críticas por considerar que arroja sombras sobre el proceso de renovación del Tribunal Supremo que hasta ahora Kirchner había realizado con gran transparencia. De hecho, aunque en la actualidad los magistrados propuestos por Kirchner tienen una amplia mayoría en el tribunal, critican algunas decisiones y modos de hacer presidenciales. Boggiano, quien en numerosas ocasiones se ha definido como "apolítico", había caracterizado su toma de posiciones en el tribunal más por el carácter jurídico que político. Eugenio Zaffaroni, juez del Supremo colocado por Kirchner, calificó de "magnífico colega" al juez destituido.

Sin embargo, los senadores no tuvieron la misma opinión y por 38 votos a favor y 17 en contra acordaron inhabilitar de por vida al magistrado para desempeñar cargos públicos y cobrar sueldos del Estado, incluyendo la jubilación.

La decisión parlamentaria puede tener una derivación imprevista. En el caso de que la llamada Corte de conjueces de la Corte Suprema, figura del poder judicial a la que puede recurrir Boggiano, decida aceptar a trámite un probable recurso del juez -y más todavía revocar el fallo adoptado por los senadores- se producirá un choque de poderes en un escenario de redefinición de las competencias de ambos y con un Ejecutivo al que se le acusa de tratar de extralimitar su área de actuación invadiendo la judicial.

Boggiano ha sido destituido al amparo de una figura legal llamada "juicio político" que corresponde al Senado pero el poder judicial puede pronunciarse en contra. De hecho, la tensión ya comenzó el martes cuando los conjueces levantaron la suspensión cautelar que pesaba contra Boggiano. La senadora Cristina Fernández de Kirchner advirtió de que se intenta "desintegrar al Senado como Tribunal Constitucional".

La Corte Suprema de Argentina de febrero de 2002. Antonio Boggiano es el primero por la derecha.
La Corte Suprema de Argentina de febrero de 2002. Antonio Boggiano es el primero por la derecha.

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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