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EE UU pagó tras el Katrina 200 millones por barcos que no han servido

Nuevas denuncias de irregularidades en las cuentas de la gestión del huracán en EE UU

Más del 80% de los primeros contratos para la reconstrucción de Nueva Orleans y la costa golpeada por el Katrina y el Rita fueron adjudicados por el FEMA, el organismo coordinador de las emergencias, casi a dedo. El FEMA también decidió alquilar durante seis meses tres cruceros de lujo para albergar refugiados. Los barcos están ahora medio vacíos.

Kellog, Brown&Root Services, una empresa del grupo Halliburton -presidido en el pasado por el vicepresidente Dick Cheney-, es una de las involucradas en los contratos urgentes, igual que Bechtel, también con lazos con el Gobierno. Tanto la republicana Susan Collins como la demócrata Nancy Pelosi pidieron que se refuercen los controles y las inspecciones, porque no consideran suficiente el compromiso de la Oficina General de Cuentas y del Pentágono de que todo será sometido a escrutinio.

Otro motivo de escándalo es el contrato de 236 millones de dólares (unos 196 millones de euros) firmado el 1 de septiembre por el FEMA, según revela The Washington Post, para alquilar durante seis meses tres barcos usados para cruceros tropicales. Los barcos están a mitad de capacidad. Incluso llenos, cada una de las 7.116 plazas supondría un gasto semanal de 1.275 dólares por persona, el doble de lo que cuesta una semana de crucero en el Caribe, con espectáculos incluidos, según las cuentas del republicano Tom Coburn, que pide inspecciones y control de éste y otros gastos similares.

Del escrutinio no se libran los congresistas de Luisiana: republicanos y demócratas del Estado pidieron al Congreso 250.000 millones de dólares, además de los 62.300 aprobados para ayuda urgente y de lo que se recibirá a través de los donativos y los seguros. The Washington Post titulaba su editorial de ayer Los saqueadores de Luisiana: "Igual que los que roban seis televisores aunque en su casa tengan sitio sólo para dos, los congresistas de Luisiana quieren apoderarse de más dinero del que pueden gastarse con cabeza". El editorial va al corazón del problema: "Nueva Orleans no se inundó porque el Cuerpo de Ingenieros no tuviera dinero suficiente para construir diques, sino porque el dinero fue distribuido a través de un sistema clientelista".

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