El Gobierno israelí ordena atacar sin cuartel a las milicias palestinas

srael ha dado carta blanca a su Ejército para que emprenda una guerra total y sin cuartel contra las milicias radicales palestinas, hasta acabar con Hamás y Yihad Islámica. La orden de atacar, acordada ayer por el Gobierno de Ariel Sharon, se ha saldado en las últimas horas con nuevos bombardeos de los helicópteros sobre la Franja de Gaza que provocaron la muerte de dos milicianos, además del líder de Yihad Islámica, Mohamed Halil. También han sido detenidos más de 200 militantes radicales en Cisjordania, entre ellos Hassan Youssef uno de los máximos dirigentes de Hamás en Cisjordania.

Anoche, un alto dirigente de Hamás, Mahmud Zahar, anunció la decisión del movimiento de interrumpir el lanzamiento de cohetes Kassam contra el territorio israelí y de mantener su adhesión al alto el fuego pactado en febrero. Hasta última hora, el Gobierno israelí no había decidido si dar o no marcha atrás con su ofensiva, probablemente a la espera de confirmar la validez del mensaje.

La ofensiva militar israelí, de continuar, tiene como objetivo inmediato frenar las acciones de las dos facciones radicales palestinas más importantes, Hamás y Yihad Islámica, que durante los últimos días han lanzado más de 50 misiles artesanales sobre localidades israelíes de la región del Neguev, fronteriza con Gaza.

Pero mas allá de este objetivo, el Gobierno de Ariel Sharon trata de quebrar la capacidad política de Hamás, impidiendo que pueda concurrir a las elecciones legislativas previstas para el próximo 25 de enero. El Ejecutivo israelí desde hace meses ha manifestado sus temores de que los fundamentalistas acaben, a través de la vía democrática, instalándose en el Parlamento para terminar controlando la Autoridad Nacional Palestina.

La estrategia belicista de Sharon esconde además otra finalidad: afianzar su liderazgo en el seno del partido nacionalista Likud, cuyo comité central se encuentra reunido desde ayer, para estudiar su estrategia. La reunión, a la que asisten unos 3.000 delegados, deberá decidir la fecha de las elecciones primarias. La discusión sobre la fecha de las primarias es clave, ya que si se celebran ahora favorecerían a Benjamín Netanyahu. Sharon al contrario, trata de que la situación se enfríe, y pide retrasarlas hasta finales de 2006.