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LA REFORMA DEL ESTATUTO CATALÁN

Maragall advierte a CiU de que no le dejará dañar "el sueño de 100 años de catalanismo"

El presidente de la Generalitat pide "generosidad" a los partidos en un mensaje institucional

A las puertas de la semana que culminará con la votación del Estatuto en el Parlamento de Cataluña, el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, emitió ayer un mensaje institucional en el que pidió a los partidos que hagan "los esfuerzos que hagan falta para llegar al acuerdo". El presidente emplazó a los partidos a mantenerse "firmes" y "atrevidos" en sus principios, pero les pidió que sean "realistas" en aras del consenso. En clara advertencia a CiU, Maragall se comprometió a "velar" para que "nadie dañe la legítima ambición de Cataluña y el sueño de 100 años de catalanismo" con propuestas inconstitucionales.

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En una carta abierta a la ciudadanía, Pasqual Maragall afirmó que "Cataluña puede tener el Estatuto que necesita. Hay una posibilidad abierta". Con ello, Maragall hizo alusión al mensaje lanzado esta semana por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de que ni a corto ni a medio plazo habrá más ocasiones para reformar el Estatuto.

Por este motivo, y en clara advertencia a CiU, Maragall remarcó: "Como presidente podéis tener la seguridad de que velaré para evitar que nadie dañe la legítima ambición de Cataluña y el sueño de 100 años de catalanismo forzando fórmulas que sitúen las propuestas catalanas más allá de una interpretación avanzada de la Constitución como la que Cataluña está en condiciones de formular".

A pesar de esta advertencia a Convergència i Unió, que sigue insistiendo en ignorar el dictamen del Consejo Consultivo e incluir el concierto económico en el Estatuto, Maragall quiso tender la mano a la federación nacionalista. El presidente de la Generalitat aseguró que, además de los grupos del tripartito, también le "consta" que Convergència i Unió "mantendrá todos los esfuerzos hasta el último momento" para hacer posible el nuevo Estatuto.

Maragall volvió a mostrarse optimista en la recta final de las negociaciones estatutarias para las que cuenta, según aseguró, "con el apoyo inestimable y la plena coincidencia de criterios de Josep Lluís Carod Rovira y de Joan Saura", los líderes de Esquerra Republicana y de Iniciativa per Catalunya, respectivamente. Dejando claro en todo momento que sus palabras estaban suscritas también por sus socios de Gobierno, Maragall se mostró satisfecho porque sea el Parlamento catalán en su conjunto el que haya impulsado las negociaciones estatutarias.

Consciente de que los casi 19 meses de negociaciones "han podido parecer enojosos", el presidente Maragall aseguró que el Estatuto, "lejos de ser una fría pieza legal", será la herramienta para hacer realidad su programa de gobierno, "basado en el equilibrio territorial con respeto al medio ambiente, el bienestar social y la modernización económica tecnológica del país".

Tras asegurar que la aprobación del nuevo Estatuto dará a Cataluña el "más alto nivel de autogobierno desde 1714", Maragall justificó el nuevo texto por las nuevas necesidades que tiene esta comunidad: "Cataluña quiere decidir cómo gobernarse y qué competencias y recursos necesita para hacerlo".

Pero para lograr la aprobación de este texto, Maragall volvió a pedir "generosidad" y voluntad de "sacrificio" a todos los líderes políticos, en aras del consenso. "Creo que los responsables de las diferentes formaciones políticas son conscientes de que lo que ahora cuenta no es tener más o menos razón sino conseguir el mejor Estatuto posible y que éste sea imposible de rechazar".

De no ir por esta vía y fracasar las negociaciones, el presidente de la Generalitat advirtió de que seguirá vigente el Estatuto de 1979, "un texto que era bueno pero que el paso del tiempo ha desgastado". "No quiero resignarme a ver mi país teniéndose que gobernar los próximos 25 años con un Estatuto superado por las exigencias del nuevo siglo, por un Estatuto que sea una rémora para el buen gobierno de Cataluña".

El presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach (izquierda), con los presidentes de los grupos que impulsan el Estatuto.
El presidente del Parlamento catalán, Ernest Benach (izquierda), con los presidentes de los grupos que impulsan el Estatuto.C. S.

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