Los encuentros de Zapatero y Mas enrocan a CiU y dificultan el acuerdo con el PSC
El presidente del Gobierno se reunió el jueves con Maragall y el líder de CiU en La Moncloa
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha reunido esta semana y por dos veces con el líder de CiU, Artur Mas. En la última de estas ocasiones, el pasado jueves, la reunión fue a tres: el presidente de la Generalitat , Pasqual Maragall, tomó parte en el encuentro. El objetivo era aclarar la situación entre PSC y Convergència, después de que Mas asegurara a los socialistas catalanes que Zapatero le había dicho el lunes que ya recortarían lo inconstitucional cuando el Estatuto llegue al Congreso. El jueves, Zapatero le comunicó claramente a Mas que el concierto económico que propugna CiU es inconstitucional.
El encuentro del pasado jueves sirvió para que PSOE y PSC pusieran en claro que se opondrán a que el sistema de financiación que propugna CiU quede incluido en la reforma estatutaria. Mas, tras la reunión del lunes, transmitió a los socialistas catalanes, aseguran fuentes del PSC, que contaba con carta blanca de La Moncloa para incluir el concierto económico en el Estatuto. Las alarmas en el PSC se dispararon, pues con ese argumento los convergentes ralentizaron todas las reuniones técnicas para hallar una solución al conflicto que enfrenta el modelo de financiación del tripartito con el de CiU. Desde CiU se aseguraba que la pelota estaba en el tejado de Maragall. Eso obligó a la reunión a tres bandas del pasado jueves en La Moncloa. Los socialistas catalanes, con Maragall a la cabeza, han hecho saber a CiU y a sus compañeros del PSOE que votarán en contra de la reforma estatutaria si CiU acaba imponiendo su modelo inconstitucional.
El encuentro del jueves tuvo dos fases. En un primer momento fue Maragall el único interlocutor de Zapatero. En el curso de esta conversación, el presidente catalán quiso conocer de primera mano qué había permitido a Mas albergar esperanzas para incluir su modelo de financiación en el Estatuto. Después se sumó el líder de CiU a la reunión. En el Ejecutivo central, especialmente en Presidencia del Gobierno, existe la voluntad de que los partidos catalanes se pongan de acuerdo el próximo viernes para remitir un texto estatutario al Congreso de los Diputados. Pero el escenario sigue siendo complejo. Maragall quiere a toda costa llegar a un acuerdo constitucional entre cuatro grupos parlamentarios catalanes -PSC, CiU, ERC e ICV-EUiA- antes del miércoles, con el fin de que el pleno de tres días del Parlamento no esté sujeto a más sobresaltos de los previsiblemente pactados.
La confusión sobre el contenido de la reunión entre Zapatero y Mas del pasado lunes ha puesto dificultades al acuerdo global que perseguía Maragall, por el que CiU se avenía a votar favorablemente al Estatuto si la mayoría gubernamental no cambiaba el sistema electoral catalán -que prima el voto rural sobre el urbano- y no se anticipaban las elecciones.
Entrevista Montilla-Saura
Las espadas siguen en alto y los partidos se enseñan mutuamente los dientes. En ese contexto hay que entender el endurecimiento de la actitud de CiU respecto a la financiación (véase EL PAÍS de ayer) y la amenaza del PSC al poner la ley electoral sobre la mesa, lo que sugirió en forma de enmienda el pasado jueves. Al tiempo, entre los socios del tripartito -especialmente entre el PSC e Iniciativa- persisten dudas sobre cuál será el voto de Esquerra en caso de que CiU comparezca en el pleno del Parlament defendiendo su propuesta de concierto económico, que dirigentes de la propia federación confiesan en privado que es inconstitucional. ERC ha asegurado esta semana fidelidad a sus socios, pero al tiempo los republicanos han presentado enmiendas propias al texto estatutario. Los independentistas desconfían de que entre socialistas y CiU se haya producido un pacto secreto.
Es en ese contexto, todavía confuso, en el que se sitúan las declaraciones del primer secretario del PSC, José Montilla, y del portavoz de CiU, Felip Puig. Montilla reiteró la negativa de los socialistas a incorporar al nuevo Estatuto el sistema de financiación similar al concierto económico que propugna CiU y advirtió de que "no se pueden acercar posiciones" con el "estilo chulesco" que todavía esgrime la federación en las últimas horas. Montilla se reunió ayer con el consejero de Relaciones Institucionales, Joan Saura (ICV), para ultimar la estrategia del tripartito.
Por parte de CiU, Felip Puig acusó a los barones del PSC de "boicotear" el acuerdo sobre la reforma del Estatuto por el modelo de financiación defendido por la federación nacionalista, que ha sido, según él, aceptado por el presidente catalán, Pasqual Maragall.
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