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Rajoy atribuye en París la crisis de la Unión Europea a una falta de liderazgo

El presidente del PP toma partido por las tesis de Sarkozy frente a las de Villepin

El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, considera que la crisis que atraviesa la Unión Europea (UE) hay que atribuirla a una falta de liderazgo. Rajoy, que participó ayer en París en un seminario de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), que preside el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, aconsejó a los conservadores franceses que "apuesten claramente por las reformas y las privatizaciones" -un tema tabú hoy en la Francia del no a la Constitución europea, tildada de liberal- y aseguró que "se pueden ganar las elecciones diciendo que habrá reformas y luego hacerlas".

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El discurso de Rajoy ante los cuadros de la UMP cayó como lluvia de mayo sobre las huestes del reformista Sarkozy, muy tocadas por el fracaso de la candidata democristiana Angela Merkel en Alemania, pero debieron sentar como un pisotón al viejo núcleo gaullista: tanto al presidente Jacques Chirac, cuyos enfrentamientos con José María Aznar nadie olvida en París, como al primer ministro, Dominique de Villepin, reacio a cualquier reforma a fondo y gran defensor del modelo social francés.

Las recetas que propuso ayer en la sala de la Mutualité el líder conservador español proceden básicamente del credo liberal. La UE debe recuperar el crecimiento económico, dijo Rajoy, para lo que es necesario "recuperar la estabilidad macroeconómica", defender la "independencia" del Banco Central Europeo para controlar la inflación, "volver a la senda del equilibrio presupuestario" y ponerse de acuerdo en el Presupuesto comunitario, sin tocar la Política Agraria Común, un matiz que arrancó aplausos. España y Francia son los principales beneficiarios de la PAC.

Muchos chiraquistas debieron recordar la fractura europea que protagonizó el anterior presidente del Gobierno antes de la invasión de Irak cuando Rajoy defendió el vínculo transatlántico, explicó que "Europa no puede definirse por oposición a los Estados Unidos" y pidió "mecanismos de concertación con nuestros amigos norteamericanos".

Ampliación de la UE

La construcción europea, admitió, está bloqueada; la UE es incapaz de compaginar adecuadamente la estabilidad, el crecimiento y la cohesión, y carece de "falta de liderazgo y credibilidad". Pero superar la situación creada por el no francés y holandés al proyecto de Constitución no es la prioridad de Rajoy, que apuesta por una labor pedagógica de la clase política europea antes de intentar otra vez establecer un nuevo marco de funcionamiento. Defendió la ampliación de la UE no solo porque dará estabilidad democrática a los nuevos países integrantes sino porque aportan un gran mercado.

"Os habla el primer dirigente europeo que tuvo que una campaña electoral como consecuencia de un ataque terrorista", dijo, para fustigar la "demagogia de la izquierda" por lo que respecta a la inmigración y referirse al "efecto llamada" de la reciente regularización en España.

Tras su intervención, Rajoy se reunió brevemente en privado con Sarkozy y después, ante periodistas españoles, abordó la actualidad política, aunque zanjó la pregunta acerca del recurso de inconstitucionalidad sobre el matrimonio homosexual con un "¡pregúntenle a los juristas!". La reforma del Estatuto catalán "demuestra que España camina hacia el siglo XIX", según Rajoy. A su juicio, se ha producido un acuerdo, no entre los partidos que forman el Gobierno de la Generalitat, sino entre el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y el líder de CiU, Artur Mas. Rajoy sospecha que Zapatero pretende que el Estatuto "se apruebe en Barcelona y luego sea rechazado en las Cortes". Rajoy acusó al Gobierno de dar "un balón de oxígeno a ETA" al invitar "a dialogar" a esa banda. "Es un error, porque ETA estaba debilitada y con ella no se negocia", dijo. Rajoy criticó los Presupuestos para 2006 porque "no favorecen la competitividad ni la estabilidad macroeconómica, ni luchan contra la inflación".

El ministro del Interior francés (izquierda), Nicolas Sarkozy, conversa con Mariano Rajoy en París.
El ministro del Interior francés (izquierda), Nicolas Sarkozy, conversa con Mariano Rajoy en París.EFE

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