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Crítica:CRÍTICAS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Imaginarios masculinos

Allá por 1972, cuando el cine pornográfico comenzaba tímidamente a salir de las catacumbas de la clandestinidad o de las vergonzantes prácticas del cine de nudistas, un peluquero reconvertido en director porno, Gerard Damiano, tuvo la insólita idea de inventar un argumento para un filme ciertamente muy menor: nada menos que una chica que un buen día descubre que su clítoris está ubicado en la base de su garganta. Y así, con esa idea muy propia de un imaginario masculino afiebrado, y con una actriz guapa y dispuesta a (casi) todo, Linda Lovelace, rodó en pocos días, y con un coste de 25.000 dólares, la que pasa por ser la película más rentable de todos los tiempos, Garganta profunda, un modestísimo producto X que llegó a recaudar ¡600 millones de dólares!

INSIDE DEEP TROAT

Dirección: Fenton Bailey y Randy Barbato. Intérpretes: filme documental. Género: documental histórico, EE UU, 2005. Duración: 94 minutos.

Y que hizo algo más: sirvió, a pesar de las cortapisas censoras y morales de todo tipo con las que tuvo que enfrentarse, para lanzar un artesanado alternativo a la industria cinematográfica que pronto habría de precipitar ganancias desmesuradas y carreras meteóricas, hasta el punto que hoy mismo, si el cine comercial norteamericano produce alrededor de unos 400 títulos al año, su industria pornográfica anexa realiza la friolera de 11.000. De ahí que el interés de Fenton Bailey y Randy Barbato por ese epifenómeno pionero se revele cuanto menos acertado: siempre es bueno saber de dónde vienen esos asuntos.

La pena es que Inside deep troat no contenga, junto a la rica colección de personas entrevistadas, entre ellas su director (no su actriz, ya fallecida y desde hace largos años detractora de su propio pasado), un envoltorio más atento a la propia transgresión de las normas narrativas: dicho de otra manera, que sea un documental tan convencionalmente narrado como para no despertar, más allá del tema que aborda, ninguna curiosidad en el respetable.

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