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La economía catalana crece el 3,3% pese al estancamiento de la industria

Castells alerta del mantenimiento del diferencial de inflación con España

Claudi Pérez

"Optimismo y exigencia". El consejero de Economía, Antoni Castells, resumió así el diagnóstico sobre la economía catalana, que cerró el segundo trimestre del año con un crecimiento del 3,3%, el mayor de los 11 últimos trimestres. El consumo y la inversión, junto a la construcción y la aportación del turismo, son los pilares en los que se asienta ese incremento, que contrasta con la atonía de la industria y los problemas de déficit exterior e inflación.

La economía catalana crecerá este año el 3,3%, al mismo ritmo que la economía española. Esa cifra es la mejor de los últimos cinco años.

Se cierra así una década de diferencial negativo de crecimiento con respecto al conjunto de España: la economía catalana ha cedido 3,5 puntos de PIB en relación con la española en el periodo 1995-2004. Castells sacó ayer a relucir estos datos para descartar "mensajes equivocadamente pesimistas" acerca de la evolución de la economía. Y destacó la calidad del crecimiento experimentado en 2005 -en el que varios sectores van tomando el relevo de la construcción-, a pesar de que no escondió que los problemas tradicionales siguen ahí: estancamiento de la industria, déficit exterior, débil comportamiento de la productividad y serias dificultades para limar el diferencial de inflación con la media española.

La demanda interna es hoy el gran motor de crecimiento de la economía: el consumo de las familias crecerá el 4,5% este año. A este dato, el responsable de Economía y Finanzas añadió el comportamiento "satisfactorio" del sector exterior -con un alza de las exportaciones del 6,3% hasta junio, pese a que las importaciones avanzan a un ritmo del 12%- y de la inversión industrial, con tasas de incremento superiores al 5% en 2005.

Castells calificó de "buena noticia" la desaceleración de la construcción, pese a que la tasa de crecimiento se situó en el segundo trimestre en el 5,3%, a causa del aumento de la obra pública. El sector servicios creció el 4,3% en el segundo trimestre, y la industria avanzó el 0,1%.

El consejero atribuyó el estancamiento de la industria a la "transformación" del sector, y aseguró que la reactivación dependerá de la evolución de la economía europea, el primer destino de las exportaciones catalanas. Junto a la atonía de la zona euro, hay dos factores más que pueden lastrar la evolución de los próximos meses: el encarecimiento del precio del petróleo y la fortaleza del euro.

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Respecto a los retos fundamentales a los que se enfrenta la economía catalana, destacó que el diferencial de inflación con el conjunto de España se mantiene en 0,5 puntos: los precios crecieron el 3,8% en agosto en Cataluña, frente a la media española del 3,3%. "La diferencia es excesiva", reconoció, pero recordó que el Ejecutivo autónomo no tiene competencias para incidir sobre algunas de las principales causas. Frente al diagnóstico de varios organismos internacionales, arguyó que la estructura comercial y la nueva regulación del comercio "no tienen efectos negativos" sobre la inflación.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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