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Entrevista:Federico Trillo, portavoz del PP | EL FUTURO DE LAS AUTONOMÍAS

"Este estatuto no quiere invadir competencias del Estado"

El PP aprovechó ayer el debate de admisión a trámite de la reforma del Estatuto de la Comunidad Valenciana para marcar los límites que, según el primer partido de la oposición, debe cumplir cualquier modificación estatutaria, y para reclamar al PSOE, cofirmante del acuerdo en Valencia, que defina con ese detalle cuáles son sus límites para las próximas reformas estatutarias. Como resumen de esos límites, Federico Trillo, portavoz del PP en la Comisión Constitucional, afirmó que los valencianos, con esta reforma, "no quieren privilegios, no quieren invadir competencias constitucionales del Estado y no quieren que otros las invadan". Como colofón, la última palabra del discurso de Trillo para defender el texto fue "España". Trillo desglosó la bondad de la reforma valenciana con cuatro argumentos: era "necesaria"; se apoya en "el acuerdo político de los dos grandes partidos nacionales"; es "leal con la Constitución", e invita a las Cortes Generales a introducir todas las enmiendas que los grupos consideren convenientes.

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Es "necesaria", según él, porque el Estatuto valenciano "no se ha reformado desde su primera redacción, en 1982". Y ahora la Comunidad Valenciana "ejerce casi 20 competencias no contempladas en el Estatuto que han sido legalmente transferidas". Trillo mantuvo que esta reforma es "la última pendiente de los Estatutos derivada del artículo 143 de la Constitución"; es decir, los de vía lenta.

El acuerdo entre el PP y el PSOE hace, además, que la reforma cumpla con el requisito que los populares denominan "doble consenso": que esté pactada con una amplia mayoría en la comunidad autónoma y lo sea también en las Cortes Generales. Ahí, Trillo aprovechó para reiterar que el PP ya ofreció al PSOE pactar todas las reformas estatutarias. "Cuando se trata de asuntos de Estado, como lo son los Estatutos, cuando se trata de hablar seriamente de España, nosotros no reparamos en esfuerzos de entendimiento con el PSOE, por muchas y muy grandes que sean las discrepancias en otros muchos asuntos", clamó.

La lealtad a la Constitución fue su tercer argumento: "La Constitución no es el obstáculo a saltar, es la regla de juego". A partir de ahí, Trillo invitó a los grupos a que mejoren el texto en el Congreso, eso sí sin tocar que "éste sea un Estatuto que comienza reafirmando expresamente la unidad de la nación española", y "no habla de otra nación que sea la española, ni en el sentido cultural ni en ningún otro".

Ésa fue la primera puya que Trillo lanzó a otra reforma: la catalana. No fue la única. Según él, esta reforma "no introduce mecanismos de control, ni interfiere ni interviene". La tesis del PP, expuesta por Mariano Rajoy el pasado lunes en Barcelona, es que el proyecto catalán sí es intervencionista, pues intenta "atrapar" Cataluña en un "asfixiante poder político". La invitación a todos para que enmienden el texto en el Congreso y el Senado fue su tercer rejón al proyecto catalán: no se puede, afirmó, "considerar intocable o intangible el texto remitido". Sino mejorarlo, terminó, en "interés de España".

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