Fischer se muestra orgulloso tras mantener un 8% para Los Verdes
Los Verdes, el socio de los socialdemócratas en el Gobierno rojiverde alemán durante los últimos siete años, mantuvo el apoyo logrado en los pasados comicios de 2002, en torno al 8,1%. Su líder, el ministro de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer, se mostró "orgulloso" del resultado obtenido, a pesar de que la coalición rojiverde no recibió el apoyo necesario para situarse al frente de una tercera legislatura.
"La coalición rojiverde de Gobierno no ha obtenido mayoría para repetir legislatura, pero tampoco habrá una coalición entre la Unión Cristianodemócrata (CDU) y los liberales del FDP", dijo anoche Fischer.
El fin de la coalición rojiverde supone también el fin de una experiencia política inédita en Europa, si bien no faltaron los desencuentros entre los dos socios. Dos veces estuvieron Los Verdes al borde del abandono de la coalición de Gobierno con los socialdemócratas: la primera fue a raíz de la guerra de Kosovo. Un globo lleno de pintura roja lanzado desde un lateral en el congreso de su partido fue la respuesta que recibió Fischer, a los bombardeos sobre Belgrado. Pero Fischer consiguió convencer a sus correligionarios de que aquella guerra era, en realidad, una apuesta por la paz, a pesar de que su fundamento era más que dudoso.
Fischer situaba así a Alemania como potencia media, y la llevaba a participar en una guerra de ataque por primera vez desde la II Guerra Mundial. Pero en noviembre de 2001 el partido volvió a expresar sus objeciones a la participación en la misión en Afganistán. En esta ocasión fue el canciller Gerhard Schröder quien tomó la batuta: planteó en el Parlamento una cuestión de confianza que Los Verdes votaron a favor para poder seguir en el Gobierno.
Transformación de Alemania
"Este Gobierno rojiverde representa, más en el exterior que en el interior, la transformación de Alemania en un Estado tolerante, liberal y consciente de su propio valor", señaló el director del diario alemán Süddeutsche Zeitung, Hans Werner Kilz, en su editorial del sábado.
Fischer, contribuyó a esta transformación de Alemania en la escena exterior con su política en Oriente Próximo. Fischer tenía el don de gustar a ambas partes: sus buenas relaciones con los israelíes no fueron obstáculo para cultivar la amistad con el líder palestino Yasir Arafat. La postura de Alemania contra la guerra de Irak enfrió las relaciones con EE UU, que hasta entonces se habían caracterizado por la amistad y el agradecimiento por la ayuda a la reconstrucción económica y política tras la II Guerra Mundial. Gracias a la influencia de Los Verdes, en Alemania se firmó el fin de la era nuclear: el ministro de Medio Ambiente, Jürgen Trittin, acordó con la industria el apagón de todas las centrales nucleares hasta el año 2021 y fomentó las energías renovables como nunca antes se había hecho en Alemania.
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