El gasto sanitario es el más bajo de España

Algunos de los principales indicadores sanitarios valencianos, como el gasto que dedica por ciudadano, el de medicamentos, las deudas pendientes o el número de camas hospitalarias por habitante están entre los peores de todas las autonomías españolas. Mientras sanidad defiende que dedica un porcentaje del PIB superior a la media estatal y justifica el déficit en el aumento de población, tanto el PSPV como EU apuntan a la mala gestión, apoyados en los indicadores que ha usado el Gobierno para articular el aporte extra de recursos a la sanidad autonómica.

"Las comunidades autónomas no tenemos la culpa del aumento de gasto en sanidad". El consejero de Economía, Gerardo Camps, insistió durante todo el proceso de negociación dirigido a enderezar el fuerte déficit sanitario -721 millones al año en el caso valenciano, según el Consell- en que el aumento de población y el encarecimiento de los procesos están detrás del agujero en las cuentas públicas.

Sin embargo, algunos de los principales indicadores sanitarios apuntan hacia lo contrario, según la oposición. Tanto el PSPV como EU se agarran al informe elaborado por el Ministerio de Sanidad, que radiografía hasta 2003 los sistemas sanitarios autonómicos, para censurar la política de los Gobiernos del PP de los útimos años en materia sanitaria.

La responsable de sanidad del PSPV, Encarna Llinares, apunta que el informe sitúa a la Comunidad Valenciana como la quinta en aumento de población entre 1999 y 2003, por lo que "a pesar de ser un factor importante, por sí solo [el aumento de población] no justifica el aumento de gasto". Llinares destaca otros datos como el que sitúa a la Generalitat a la cola en gasto sanitario por persona por detrás de Madrid, Andalucía y Baleares; el elevado gasto farmacéutico -sólo Galicia gasta más por habitante-; o el hecho de que es la segunda autonomía más endeudada , sólo superada por Cataluña.

Mala política

Para la diputada socialista estos indicadores responden a una mala política sanitaria, como el gasto vinculado a los conciertos. "Es escandaloso que entre 1999 y 2004 haya crecido el número de resonancias un 176% frente a la media estatal del 33%, coincidiendo con la privatización del servicio", según la diputada socialista, que también destaca que el servicio de salud valenciano sea el que más peso da en sus cuentas a las transferencias corrientes -apartado en el que se computan los conciertos con la sanidad privada- con un 30,23% frente a una media del 24,4%. A partir de estos números, el juicio de Llinares es que el PP "no ha gastado de forma adecuada el dinero público" lo que ha repercutido de forma notable en su deuda.

En un sentido similar, Alfred Botella, de Esquerra Unida, atribuye a la política "despilfarradora" del PP el hecho de que a la Consejería de Sanidad "no le salgan las cuentas" ni se invierta en la sanidad pública. "Al margen de que haya aumentado la población y que tengamos desplazados, que también se dejan aquí su dinero, es evidente que el déficit sanitario deriva de la mala gestión del PP".

Fuentes de Sanidad admiten que tienen que mejorar índices como el del gasto farmacéutico, pero contraponen otros datos, como el de porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB) destinado a la Sanidad, que es comparativamente superior al resto de autonomías: un 5,53% frente a un 5,2% de media en 2003. A ello añaden que el incremento de este porcentaje es superior al resto de sistemas de salud: un 10,4% más por un 9,1% de media. Además, insisten en el factor del aumento de población como principal responsable del aumento del gasto ya que "se nos financia en base a una cifra de población muy desfasada" y niegan que la sanidad valenciana esté mal gestionada: "La consejería ya adopta la gran mayoría de las medidas de racionalización del gasto propuestas por el vicepresidente económico Pedro Solbes", comentaron. Entre ellas se encuentran las de gerencia única, integración de primaria y especializada, la centralización de compras o la factura informativa.