Las Hijas de la Caridad ganan el Príncipe de Asturias de la Concordia

La orden religiosa católica Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, popularmente conocida como Hermanitas de los pobres, obtuvo el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en su 25º edición, por "su excepcional labor social y humanitaria en apoyo de los desfavorecidos".

La candidatura, propuesta por el secretario de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, y que recibió 40.000 apoyos en los últimos meses, se impuso por mayoría a las otras dos propuestas finalistas: la Organización Nacional de Trasplantes y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El jurado estuvo integrado por empresarios y financieros que forman parte del patronato de la Fundación Príncipe de Asturias y por varios políticos.

Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, con casi cuatro siglos de existencia, constituyen, según el acta del galardón, una "ejemplar" manifestación de la concordia porque, a su "excepcional labor social y humanitaria en apoyo de los desfavorecidos", se suma la "promoción" que han llevado a cabo en este tiempo "en todo el mundo de los valores de la justicia, la paz y la solidaridad".

Fundada en París por san Vicente de Paúl y santa Luisa de Marillac en 1663, esta orden religiosa católica desarrolló su labor humanitaria en Francia y Polonia durante los siglos XVII y XVIII. Hacia 1790 se instaló también en España, y a lo largo del siglo XIX se expandió por el resto de Europa y por los demás continentes. Hoy, la orden la integran 23.045 religiosas, organizadas en 2.567 comunidades y en 78 provincias canónicas, que operan en 93 países.

Su obra pastoral y filantrópica se ha esmerado en la atención a pobres, enfermos, marginados y ancianos. Entre otras instituciones, regentan comedores escolares y para indigentes, centros para madres y niños lactantes, sanatorios para enfermos de sida, lepra y tuberculosis, y centros docentes. Participan en la atención y auxilio a poblaciones víctimas de catástrofes naturales y a refugiados.

En las sociedades más desarrolladas prestan servicio en hospitales, escuelas, casas de atención pastoral, hogares infantiles y de mujeres maltratadas, residencias de ancianos, albergues para mendigos, casas para mujeres convalecientes y sin recursos, pisos tutelados, talleres ocupacionales, cárceles y centros de rehabilitación de toxicómanos, y prestan asistencia a ancianos, minusválidos, jóvenes desarraigados e inmigrantes.

Sor Ángeles Infante, portavoz de la orden en España, declaró que el premio "supone un reconocimiento de la labor realizada por tantas hermanas que nos han precedido y por tantos gestos de concordia, de entrega y de solidaridad, y constituye una llamada también para seguir sembrando la concordia en todo el mundo".

Ésta es la séptima ocasión en que los Premios Príncipe de Asturias recaen en algún colectivo, institución, persona o acontecimiento ligado a la Iglesia católica. El galardón de la Concordia fue concedido con anterioridad a la Vicaría de la Solidaridad, de Chile (1986); Mensajeros de la Paz (1994); el ex obispo de Palencia y misionero en Bolivia Nicolás Castellanos y el ex jesuita Vicente Ferrer (1998); Cáritas Española (1999), y el Camino de Santiago (2004). El premio de Comunicaciones y Humanidades fue otorgado en 1994 a las misiones españolas en Ruanda y Burundi.

La distinción, dotada con 50.000 euros, diploma, insignia y la reproducción de una escultura de Joan Miró, será entregada en octubre en Oviedo por el heredero de la Corona, Felipe de Borbón, junto con los otros siete premios ya concedidos con anterioridad.