Washington exige la reforma administrativa
Washington quería que esta cumbre fuera la de la gran reforma administrativa del organismo para evitar nuevos casos de fraude. Pero sobre todo quería un compromiso en la lucha contra el terrorismo y la proliferación de armas nucleares y nuevas reglas para intervenir en violaciones de derechos humanos.
La seguridad es el principio clave de su política y ante la ONU la lucha contra la pobreza y contra la degradación del clima ocupan un papel muy secundario. En la última semana Washington ha suavizado su posición, aunque se niega a aceptar compromisos concretos en la ayuda al desarrollo, que en la cumbre de Monterrey se fijó en el 0,7% del PIB para 2015. El resto de las delegaciones acusan a EE UU de entrar tarde en el debate, de cambiar de argumentos y crear una división que pone en peligro la cumbre.
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